Si hubiera una competencia para peor ladrón del mundo, podría ganarla el que se llevó el estéreo de un tipo llamado Tom Drury, quien encontró su carro sin estéreo una mañana, pero en lugar de enojarse por ello, le dio mucha risa. ¿La razón? El estéreo no servía, y ya tenía mucho tiempo queriéndose deshacer de él; además, al ladrón se le cayó dinero, una cantidad que seguramente valía más que el aparato.
Cuando la “víctima” se enteró, más que temer tuvo un ataque de risa, pues un ladrón se llevó el estéreo de su Mazda 1994, el mismo estéreo que estuvo intentando sacar del auto infructuosamente, porque ya no servía.
“Traté de quitarlo hacía poco, pero me rendía por la frustración. Para sacarlo necesitaba una herramienta especial que no tenía, así que cuando vi que ya no estaba, no puede evitar reírme”.
Y no solo eso, accidentalmente le dejaron 22 dólares australianos en el asiento del auto.
“Si pudiera decirle algo al ladrón, sería ‘¡gracias! Gracias por pagarme lo que me iba a costar quitar el estéreo. Y por cierto, ¡no hay devoluciones! El estéreo estaba descompuesto, no sintonizaba ninguna estación y no leía ningún disco, era pura basura”..