Hay mucho chavoruco por ahí que se sigue comportando como si tuviera 15 años, a pesar de ya ser un padre de familia, con más de tres hijos y dos mascotas. Estas son las cosas que deberías de dejar de hacer si ya cumpliste treinta, para evitar que te tachen de inmaduro o que te digan que comportas como Peter Pan.
1. Hacer berrinches
Empezar a aventar puñetazos y hacer berrinches cuando las cosas no salen como tu querías. Aunque eso debió terminar en la adolescencia, hay muchos adultos que siguen haciéndolo.
2. Tener haters
No, no todo el mundo está interesado en joderte el día, muchos tienen que trabajar, leer, ir de compras, básicamente tener una vida y tienen muy poco tiempo para odiarte. Serán pocos los que conspiran en tu contra y no tienes haters, deja de decirlo.
3. ¿Puedo usar el baño?
Como cuando tenías que pedir permiso para ir al baño en la secundaria, pero en el trabajo no deberías de pedir permiso para hacer tus necesidades fisiológicas.
4. Ser muy mala copa
Iniciar, aceptar o participar en peleas de borrachos en fiestas o bares te lleva al siguiente paso: convertirte en ese tío treintón que empieza a pelearse con todo el mundo cuando está borracho y arruina la fiesta de navidad. #NotCool
5. Presumir sobre cuánto bebiste anoche
Sí, a diferencia de los adolescentes o de los veinteañeros, a los 30 no es ninguna hazaña beber mucho. De hecho ya deberías de irle bajando.
6. Tener relaciones sin futuro
Tener amigos o novias que no aportan nada para tu vida: ¡es una pérdida de tiempo!
7. Comer y no ejercitarte
Sí, los hombres tenemos un metabolismo fantástico, a los 20 nos podremos comer un rinoceronte y no engordar ni un gramo. Sin embargo, a los 30 no puedes ir por ahí, comiendo todo lo que se cruce en tu camino y no hacer nada de ejercicio; en menos de lo que piensas puedes tener el tamaño de un mamut.
8. Guardar rencor
Guardar odio innecesario hacia cosas que en primer lugar no entiendes. Como odiar a la impresora porque no imprime tu documento bien o a los semáforos por no cambiar a verde cuando tienes prisa.
9. Hablar de ti ¡MUCHO!
¿No odias cuando el resto de las personas solo hablan de ellos?, bueno quizás tú también lo hagas y no te das cuenta. Así que debes de dejar de hablar tanto de ti, de tus gustos y de esas cosas, y empezar a escuchar.
10. Quejarte de TODO
Vamos, ya tienes 30, sobreviviste a los locos 20, ya es hora de empezar a pensar en positivo y dejar de quejarte por todo. Si algo no va bien es tu responsabilidad cambiarlo.
11. Deja de decir que estás madurando
Poner fotos en tu Facebook o Instagram de tus cuentas y recibos, ¡todos pagamos cuentas! Es como respirar. Deja de presumir que estás creciendo.
12. Poner de excusa que no sabes cocinar
‘A mi hasta el agua se me quema’ o ‘si me meto a la cocina, la hago explotar’ No, ya no tienes 20, probablemente llevas un buen rato viviendo solo, tienes que empezar a cocinar tu comida, la comida china no va a estar ahí todo el tiempo.
13. Estar en onda
Eso es el primer signo de que eres un chavoruco. Usar gorras al revés y decir cosas como: “¡ay papá!, ¡qué hongo!, ¿qué te pasa calabaza?, ¡a wilson! o ¡que asquel!”
14. No tomar tus propias decisiones
Sí, está bien pedir opiniones y escuchar consejos de otras personas, pero al final no puedes estar haciendo lo que las personas te dicen que es lo correcto o incorrecto.
15. Ser un hijo de mami
A alguna edad se debe de aprender que, tu mamá no va a estar siempre ahí para cortarte las orillas a tu sándwich. Un verdadero macho las corta él mismo.
16. Salir con chicas de secundaria
Si huelen a cárcel, ¡aléjate!
17. Que no tengas plan de retiro
Algún día serás viejo y es tiempo de que el tú de ahora empiece a ver cómo costearle al tú del futuro una vejez decente.
18. Que lo que digan los demás te importa
No hacer cosas, por el temor a lo que otros dirán es una tontería; quizá nunca debes de hacerle caso a opiniones de extraños, pero a los 30 ya debería de empezar a valerte lo que piensen de ti.
19. Escribir mensajes de texto con faltas de ortografía
Olvídate del ¿K onda? o el ¡Komo stas!, ya no eres un adolescente. Si tus papás te vieran mandando esos whatsapps, se darían topes en la pared; piensa en el dinero que gastaron educándote.
Hay que madurar varones… ¡Somos hombres o payasos!