Para muchos, ir al dentista puede ser desagradable, en especial por la rigurosa aplicación de la anestesia, la cual incluye una enorme jeringa y un doloroso piquete. Sin embargo, esto no se compara en absoluto con lo que vivieron los pacientes del dentista Scott Charmoli, de Wisconsin, Estados Unidos, quien por años dañó y rompió los dientes de sus clientes para cobrarles más.
De acuerdo con medios locales, Scott perforó y rompió los dientes de sus clientes sin que estos se dieran cuenta, ya que solía mencionarles que sus dentaduras estaban en mal estado. Con esta táctica logró cobrarles más en cada una de sus revisiones, llegando a ganar más 2.5 millones de dólares al año. Lo que este dentista no esperaba era que sus clientes descubrirían su engaño y lo llevarían directo ante la justicia.
Scott Charmoli, de 61 años de edad, daba diagnósticos falsos a sus clientes, quienes confiaban en él y terminaban pagando más dinero del necesario. Por estos motivos, Scott podría enfrentar hasta 10 años de prisión por cada cargo de fraude de atención médica y un máximo de cinco años por cada una de las declaraciones falsas sobre el tratamiento de sus pacientes.
Según el Washington Post, los fiscales señalaron que Scott perforaba y/o rompía los dientes de sus clientes a propósito, cobrándoles por servicios adicionales para reparar el daño que él mismo acababa de provocar. Además, presionaba a sus clientes para que se instalaran coronas innecesarias y enviaba radiografías del daño intencional al seguro de sus pacientes para justificar los tratamientos y recibir el dinero.
Por estos “arreglos”, Scott pasó de ganar 1.4 millones de dólares y colocar 434 coronas en 2014 a obtener 2.5 millones de dólares en 2015 e incrustar más de mil coronas. Un gran aumento para solo un año de trabajo.
Scott fue descubierto en 2019. Después de vender su consultorio, los nuevos propietarios revisaron sus archivos y se dieron cuenta de los múltiples procedimientos con coronas que el dentista había realizado, algo que les pareció muy inusual, por lo que decidieron denunciarlo ante las autoridades.
En las investigaciones, la policía descubrió que de 2016 a 2019, Scott facturó más de 4.2 millones de dólares por coronas, más procedimientos que el 95 por ciento de los dentistas en Wisconsin durante ese tiempo. A finales de 2020, él ya tenía activos por valor de más de 6.8 millones de dólares, con casas de vacaciones en Wisconsin y Arizona.
Además, uno de sus expacientes declaró que Scott lo convenció para que se hiciera dos coronas en una sola sesión aunque sus dientes parecían estar bien y un exasistente del dentista testificó que sus fraudes aumentaron después de que se trasladaron a un espacio más grande y los expertos en marketing le animaron a impulsar a los pacientes a pagar por más servicios.
Hasta el momento son más de 100 expacientes los que han demandado a Scott por negligencia médica, algunos de ellos incluso testificarán en su contra. Sin embargo, todos esperan obtener algo de justicia ante tal situación.