El covid-19 se mantiene latente en todo el mundo. A pesar de una considerable reducción de casos y la estabilidad de la ocupación hospitalaria a nivel mundial, en países como Japón siguen apareciendo nuevas olas de contagios. Este jueves, el País del Sol Naciente se declaró en estado de emergencia ante un posible rebrote, ya que desde la inauguración de los Juegos Olímpicos, los contagios han aumentado de manera alarmante.
El nuevo estado de emergencia declarado en Tokio durará del 12 de julio al 22 de agosto, periodo que abarca los 16 días que dura la competencia olímpica. Los medios japoneses afirman que para la ceremonia de inauguración no habrá público y que sólo se admitirán invitados especiales como patrocinadores, dignatarios extranjeros y organizadores del Comité Olímpico Internacional (COI).
Al principio no quedaba claro si habría público durante las justas deportivas. Primero se dijo que podrían acceder a los estadios un máximo de 10 000 espectadores, luego 5 000 y ahora, debido al estado de emergencia, los organizadores de los Juegos Olímpicos decidieron que las competencias se harían sin espectadores, con el fin de frenar una nueva ola de contagios de covid-19.
Las medidas que estableció el gobierno japonés no son extremas, pues solo se trata de la reducción de horarios de venta en establecimientos y restaurantes, así como la prohibición de venta de alcohol, con lo que buscan mejorar la situación. Además, están a la espera de ver los efectos del avance de la vacunación general. Sin embargo, Japón apenas ha logrado vacunar al 15 por ciento de su población, lo cual hace necesario que imponga medidas de control y prevención ante una nueva ola.
Si los casos se controlan, quizá podamos disfrutar de unos Juegos Olímpicos con espectadores y si no, los atletas tendrán que prescindir del aliento del público. Estas dos semanas que quedan para la inauguración de los juegos serán cruciales para el Comité Olímpico y para el gobierno de Japón.