Seguro te has despertado con una infección estomacal o algún resfriado y te preguntas si deberías saltarte el gimnasio para mejor ocuparte en descansar y recuperarte. Todo depende de cuáles son los síntomas que tienes y cuál es la gravedad de tu malestar.
¿Podrías saltarte un día de entrenamiento solo porque te duele un poco la cabeza o un diente? ¿Pero y si tienes diarrea o estás vomitando?, entonces no importa lo vigoréxico que seas, baja esas pesas y regresa a tu cama a descansar.
Matt Reynolds, entrenador personal responde a la duda sobre cuándo se puede y cuándo no se puede ir a entrenar, pero desde ahora te digo, si la rodilla es la excusa, no te salvas del gimnasio.
1. Cuándo NO deberías de entrenar
Las únicas ocasiones en que deberías saltarte la rutina de ejercicio son muy pocas: si tienes mucha fiebre o vómito o diarrea constante. He aquí la simple respuesta: simplemente no quieres cag*rte en tus pantalones, o vomitar mientras levantas pesas. Por otro lado, si tienes mucha fiebre, no es recomendable entrenar, puesto que hacer ejercicio puede aumentar tu temperatura corporal, por ende: te sentirás más enfermo.
Otro de los motivos por los que no deberías de entrenar en estos tres casos es porque te expones a una insolación, pues tu cuerpo no tiene los suficientes líquidos, y sudar sólo empeorará las cosas.
En conclusión, Matt Reynolds dice que si tienes duda entre si ir o no trabajar debes de aplicar la ley del cuello: si tu malestar se encuentra sobre el cuello (nariz constipada, dolor de cabeza o tos) no tienes excusa, debes ir a entrenar. Pero si tus dolores se encuentran bajo el cuello (cuerpo cortado, fiebre, fuerte dolor estomacal), mejor ni pensarlo.
2. Cuándo DEBERÍAS de entrenar:
Básicamente, si tienes cualquier otro dolor o malestar, debes de ignorarlo e ir al gimnasio. Si te estás preguntando ¿debería de hacer ejercicio hoy?, entonces DEBES de hacerlo. Cuando estás muy enfermo como para hacer ejercicio, trabajar, ir a la escuela o cualquier otra cosa, ni siquiera consideras la opción de continuar con tu ejercicio o con tu vida.
Así que si tienes alguna pequeña infección, alergia, dolor de cabeza o gripe, nada te salva de entrenar y tienes que hacerlo porque de lo contrario perderás el ritmo que has ido construyendo. Cuando vuelvas te costará mucho recuperarlo.
“La meta de hacer levantamiento de pesas cuando estás enfermo no es hacerte más fuerte, sino tratar de evitar un retroceso con el progreso. De mis clientes, los que más éxito han tenido son aquellos que son constantes, aunque no se sientan al 100%. La constancia es la clave para hacerte más fuerte”.
Quizás si te sientes medianamente enfermo, lo que deberías hacer es informar a tu entrenador y pedirle que mantenga la intensidad, pero que reduzca el volumen de tu rutina. Por ejemplo, si levantas pesas, mantén el mismo peso, pero baja el número de repeticiones.
Si corres, hazlo a la misma velocidad, pero reduce la distancia o el tiempo del ejercicio. Otra cosa que deberías hacer si tienes una leve fiebre es eliminar tu rutina el cardio, pues esto sólo sumará más temperatura a tu cuerpo.
Entrenar cuando te sientes mal es un trabajo difícil, tienes que mentalizarte para eso. Va a ser más doloroso y complicado que en otros días, pero si logras superar esta prueba, no sólo te sentirás más orgulloso de ti mismo, sino que desarrollarás tenacidad y constancia, claves que son necesarias para obtener los resultados que buscas. Recuerda que lo que no te mata (o te produce diarrea y/o vómito constante) sólo te hace más fuerte.