Un empresario cubano de 65 años, llamado Orestes Estévez está produciendo vino de uva y otras frutas con una herramienta especial que jamás adivinarías: condones. Esta es una muestra más del ingenio ante la adversidad, pues ante la imposibilidad de conseguir válvulas de fermentación en La Habana, este cubano ha utilizado los condones como un substituto creativo y funcional.
¿Cómo funciona? Su secreto es poner en la boca de la botella un condón durante 30 a 45 días, periodo de fermentación de vino. En este tiempo el preservativo se infla por la emisión de dióxido de carbono, y una vez terminado, el condón se deshincha y se cae, “como pasa con los hombres”.
Este método de fabricación produce un vino suave y más barato que cualquiera en el mercado cubano, por lo cual el uso de preservativos no molesta a ninguno de los clientes de Estévez.
Actualmente producen vino de frutas tropicales como la piña, la remolacha o el maracuyá; pero sin duda, el que más se vende es el típico vino tinto de uva.
Ahora que sabes lo versátiles que pueden ser los condones, ¿qué estás esperando para empezar a hacer vino casero?