Todos conocemos la premisa de la serie The Bachelor: un grupo de hermosas mujeres que compite por el amor de un soltero bien parecido y millonario, el príncipe azul con quien, supuestamente, ellas vivirán felices para siempre.
Sin embargo, dos concursantes en el reality australiano de 2016 desafiaron toda lógica del concurso y terminaron enamorándose entre sí.
La interacción en el show las llevó más allá de las ceremonias llenas de rosas y simplemente encontraron el amor.
Cuando Megan Marx y Tiffany Scanlon se vieron por primera vez, tenían algo en común: estaban luchando por el mismo hombre. O al menos ese era el propósito de The Bachelor.
Ambas entraron al concurso para ganarse el corazón de Richie Strahan, el codiciado soltero; sin embargo, al final se llevaron algo más.
Ahora, las exconcursantes publican muchas imágenes de su relación en Instagram, con textos como “mi persona favorita” o “hay muchas cosas que amo, pero nada como esta”.
“Desde la primer fiesta de cóctel, fue como una calibración instantánea entre almas”, dijo Megan Mark sobre su compañera.
En sus publicaciones más recientes, Marx rinde tributo al amor entre ellas, algo que inició como una amistad profunda.
“Tengo que admitir que me siento muy orgullosa de estar con ella, mi persona favorita, celebrando una ocasión como esta en el agua, un amor mutuo”.
“Ella está llena de confianza en el océano y en cada aventura, como si cada nueva experiencia fuera ganar la lotería de alguna manera; una oportunidad de brillar, aprender y crecer”.
“Desde la primer fiesta de cóctel, era como si dos almas se calibraran entre sí, como si nos conociéramos desde antes. La amistad se fortaleció, la confianza en cada situación se fue formando, y ahora cada aventura que tenemos es mejor que la anterior”
“Ella me ayudó a desintegrar muchas ideas que he tenido que eran hirientes (sobre relaciones, sobre carrera y sobre ‘estabilidad’) y por ello me siento liberada”, dijo. Con o sin etiquetas, esa fue la historia de amor que surgió en The Bachelor.