Investigadores australianos iniciaron un proyecto en el que se pretende mapear el “octavo continente”, mejor conocido como Zelandia, a través de una expedición a aguas profundas dirigida por la Universidad de Queensland y el Schmidt Ocean Institute.
La mayor parte de su extensión territorial se encuentra sumergida en el océano desde hace miles de millones de años, por lo que solo conocemos una pequeñísima parte de él, Nueva Zelandia y Nueva Caledonia, las cuales figuran en el mapa desde el 2014 debido al trabajo de los geólogos, así como la isla Lord Howe y la pirámide de Ball.
Derya Gürer, investigadora de la Universidad de Queensland, pasó 28 días en el mar a bordo del buque Falkor del Schmidt Ocean Institute realizando labores de exploración en el borde noroeste del continente que está ubicado en el Coral Sea Marine Park de Queensland.
Recién estamos comenzando a descubrir los secretos de Zelandia. Ha permanecido oculto a plena vista hasta hace poco y es notoriamente difícil de estudiar.
– Gürer
Es una gran extensión de corteza continental casi sumergida en su totalidad y se estima que su hundimiento ocurrió después de separarse de Gondwana hace aproximadamente unos 83 o 79 millones de años, por lo que hoy en día está sumergido en un 94 por ciento.
Según los cálculos, todo parece indicar que su extensión total es de 4.9 millones de kilómetros cuadrados y es más o menos tres veces el tamaño de Queensland. De acuerdo al estudio que se está realizando, a través de los datos topográficos y magnéticos del fondo marino, se podrá comprender de una mejor manera el origen de la conexión que hay entre los mares de Tasmania y Coral, que se encuentran en la región de Cato Trough.
Los datos que se obtengan mejorarán la comprensión de la compleja estructura de la corteza entre las placas entre Australia y Zelanda.
– Gürer
Este proyecto brindó 37 mil kilómetros cuadrados de datos al proyecto Seabed 2030, cuyo objetivo es recaudar todos los datos batimétricos que se encuentren para hacer posible la producción de un mapa donde pueda visualizarse el fondo marino mundial y hacerlo disponible para todo el mundo en el año 2030.
Durante la expedición, la doctora Tara Jonell aprovechó la oportunidad para hacer mejoras a los métodos de muestreo empleados en el monitoreo de microplásticos. Además, recaudó bastantes datos sobre aves marinas.
A través del sistema de flujo de agua de mar en marcha del barco, analizamos más de 100 muestras de microplásticos, además de 40 muestras recolectadas en un viaje anterior, y solo una muestra no contenía ningún microplástico visible.
– Jonell
Desde su descubrimiento en 1642 se han dedicado diversos estudios para estudiar su composición, pues debido a la elevación, geología, estructura de su corteza, área y límites geográficos, surgieron teorías de que se trataba de un octavo continente.
Los investigadores han permanecido a la espera de que más especialistas se sumen a esta afirmación para que su propuesta llegue a consolidarse con total credibilidad, pues de lo contrario, se mantendrá como un simple “deseo teórico” en vez de darle una remodelación radical geográfica. Sin embargo, hay algunos factores en contra, como la ausencia de un órgano que se dedique a designar continentes oficiales.