Theunis Botha tenía 51 años no solo era cazador profesional, sino que hizo de esta práctica su forma de vida, pues tenía una empresa que ofrecía safaris de caza en Sudáfrica para personas adineradas de Estados Unidos y Europa.
En una de estas expediciones en Zimbawe, Botha fue aplastado por un elefante al que previamente le había disparado. Su grupo de cazadores entraron a una zona donde había manadas de elefantes.
Tres elefantes bebés se aproximaron hacia ellos y Botha les disparó a todos; sin darse cuenta, fue atacado por la madre de las crías, quien lo levantó con su trompa, entonces el resto de los cazadores le dispararon y el animal cayó sobre Botha matándolo al instante.
Botha vivía en Limpopo, Sudáfrica, tenía cinco hijos y una esposa y era dueño de la compañía Kuroda Safaris de Zimbawe, dedicada a la caza de animales salvajes como leopardos, leones y elefantes. Era muy conocido por entrenar a perros cazadores. En su sitio web se lee la siguiente descripción:
Botha perfecciono los safaris de casa de leopardos y leones en África. Se ocupó en darle a sus clientes una experiencia de safari única y emocionante.
Personas de la zona aseguran que Botha era amigo cercano del cazador Scott van Zyl, cuyos restos fueron descubiertos en el interior de un cocodrilo hace un mes.
Su compañía y varias personas se han tomado un momento para expresar sus condolencias por la muerte de Botha, a quien definían como un hombre excepcional, de muy buen humor, apasionado e interesante.
Mientras tanto, muchas personas en la red hablan de su muerte como una respuesta instantánea del karma.