El continente africano y sus países todavía afrontan severos problemas de extrema pobreza, hambre y conflictos armados. Naciones como Uganda, que desde su formación se han visto envueltas en disputas religiosas e ideológicas, han quedado muy desgastadas con el paso del tiempo. La pobreza, la represión y la muerte son todavía enormes problemas que el pueblo africano debe soportar cada día.
Por estas razones no resulta extraño que el atleta de Uganda Julius Ssekitoleko haya escapado de la villa olímpica de Osaka en la que era hospedada la delegación del país africano. Según los reportes, Julius desertó para buscar oportunidades de trabajo en Japón.
El atleta de 20 años se encontraba en observación luego de que dos de sus compañeros dieran positivo a la prueba de covid- 19. Sin embargo, este viernes no se presentó a la prueba diaria para detectar la enfermedad y cuando fueron a buscarlo a su habitación, a las 12:20 p.m., no se encontraba en ella.
A pesar de que su entrenador declara que Julius trabajó muy duro para esta competencia, se le informó de último momento que no tendría participación debido a temas administrativos, hecho que confundiría al atleta. Además, contaba con una amplia experiencia en competiciones internacionales, cuestiones por las que su deserción resultaba algo extraña.
Sin embargo, se informó que uno de los funcionarios de la localidad de Izumisano, Osaka, encontró una nota en la que Julius explicaba que no tenía intenciones de regresar a Uganda, donde la vida le resultaba “particularmente difícil”. En la nota también pedía a sus compañeros que entregaran sus pertenencias a su esposa cuando regresaran de los juegos. “Quiero trabajar en Japón” dejó escrito en la nota.
La deserción del levantador de pesas Julius Ssekitoleko encendió alarmas en las medidas sanitarias de los juegos, pues se acaba de confirmar el primer caso de covid-19 en las Olimpiadas, lo que hace pensar que las estrategias anticovid de las villas olímpicas no resultan del todo seguras.