La lista de enfermedades mentales del siglo XXI sigue creciendo y ahora reconocen el uso excesivo de videjouegos como una adicción.
Todo en exceso resulta perjudicial y, a pesar de que sea uno de los mejores pasatiempos, la obsesión por los videojuegos ya fue reconocida como una enfermedad mental por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Al parecer los gamers del mundo pronto necesitarán ayuda psiquiátrica.
Gracias a la tecnología la humanidad he tenido grandes logros, pero también hay un lado oscuro que ha atrapado a muchas personas. Los expertos en salud mental han estado investigando las enfermedades que se relacionan con el uso de la tecnología y han actualizado su lista de nuevos padecimientos mentales.
Existe discusión sobre qué es una enfermedad mental, pero mientras ese debate continúa han ido apareciendo algunos hábitos relacionados con la tecnología que han llamado la atención de los expertos en salud por ejemplo la obsesión por tomarse fotografías llamada “Selfitis”.
Pero otro hábito relacionado con la tecnología son los videojuegos. Hay muchos juegos para todos los gustos, pero cuando deja de ser un pasatiempo puede existir una obsesión por los videojuegos y los profesionales de la salud mental ya reconocieron que los videojuegos también pueden convertirse en una adicción.
La Organización Mundial de la Salud cuenta con un catálogo de enfermedades mentales cuya última edición había sido publicada en 1990. Conocido en el mundo de la psiquiatría y la psicología, el ICD es una clasificación internacional de enfermedades y ahora la adicción por los videojuegos se agregó como un nuevo capítulo del ICD.
Dentro de la categoría de Desórdenes de Juego, la adicción a los videojuegos es reconocida por la OMS como una enfermedad que es diagnosticada cuando una persona convierte el juego en una prioiridad, descuidando otros aspectos de su vida, continúa con ese hábito a pesar de que haya deterioro en su salud física y ese patrón de conducta tiene por lo menos un año de duración.
Por supuesto que algunas personas no están de acuerdo con que jugar videojuegos sea considerada una enfermedad mental que necesita atención profesional. La preocupación es que haya una discriminación a los gamers o que las personas usen su adicción a los videojuegos como excusa para conseguir medicamentos.
El doctor Allen Frances se encarga de la edición de otra clasificación de enfermedades mentales, el Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales conocido como DSM y él opina que no es necesario clasificar la adicción a los videojuegos como una enfermedad.
Mientras sigue la discusión, ustedes pueden seguir jugando Call of Duty con toda tranquilidad pero también con responsabilidad.