Si alguna vez has dudado de la existencia del amor verdadero, esta historia te hará recuperar la fe en las parejas que duran para siempre y amores que son inmortales.
Clarence Purvis tiene 93 años de edad y duró casado con su esposa Carolyn por más de seis décadas; tuvieron hijos y después de una vida felices, ella murió hace cuatro años.
Sin embargo, su recuerdo sigue presente en el corazón de Clarence, quien la extraña todos los días de su vida.
Nadie ha amado como yo y mi esposa nos amamos. Menciona Clarence para WTOC.
Por los pasados 13 años los esposos Purvis han ido a desayunar todos los días al mismo restaurante en Georgia, hasta que un día, en octubre de 2013, Carolyn no pudo acompañar a su esposo más, porque había muerto. Sin embargo, después de su muerte, ella lo acompaña de otra forma, pues este abuelo ahora lleva una foto de mujer al mismo restaurante donde han desayunado todos los días, para comer en compañía de su recuerdo:
Estaba siempre conmigo cuando vivía. Ella está conmigo ahora.
Su gesto de amor ha conmovido a todos los clientes del restaurante, propiedad de Joyce James:
El es parte de este restaurante, Le pregunté a mi esposo, ‘si algo me llegara a pasar, ¿pondrías mi foto en la mesa?’ Él contestó ‘no lo creo amor, te amo, pero puede que eso sea mucho’.
Aunque muchas personas le mencionan a Clarence que puede encontrar una pareja para no estar solo, él piensa que si le llegara a preguntarle a su mujer, ella le daría permiso, sin embargo, este hombre ya no quiere nadie más.
Ahora tiene 93 años de edad y toda su vida trabajó arreglando los carros de de otras personas, siempre daba el mejor precio y era el mejor mecánico, así que ganó muchos amigos y clientes de su trabajo.
Ahora que ya no tiene que trabajar, se mantiene muy activo, algunas veces trabaja arreglando el pasto de la iglesia para los vecinos, casi siempre lo hace gratuitamente. Además de su trabajo de caridad, este señor maneja su Mercury al cementerio de Glennville, tres o cuatro veces por día para ver la tumba de su esposa. Todo el el barrio lo conoce y lo saluda cuando maneja su auto. Cuando le preguntan por qué va tanto al cementerio, este hombre contesta:
Vengo como 125 veces al mes, la amaba muchísimo. la extraño bastante y pienso que así ella sigue conmigo.
Esto si es amor y no otras cosas.