Caballero, en esta vida todos te pedirán ser positivo y vivir siempre alegre, que ser malhumorado lleva a cosas malas y nada te saldrá bien con esa actitud. Sin embargo, hoy venimos a demostrar lo contrario ya que diversos estudios nos dicen que, en ciertas circunstancias tener pésimo carácter es mejor de lo que imaginamos.
Así que, si eres una persona cascarrabias, no te preocupes ni te avergüences ya que hay distintos beneficios físicos y sociales a tu favor:
1. Si contienes tu mal humor se verá reflejado en tu salud
Esto suena lógico, hemos escuchado muchas veces que ‘tragarte un coraje’ puede traer consecuencias físicas fuertes. Aunque no se sabe muy bien por qué, distintos estudios han demostrado que puede causar hipertensión arterial crónica.
2. Enojado eres más creativo
En un estudio hecho en la Universidad de Ámsterdam donde varios estudiantes fueron divididos en grupos, se les pidió que recordaran anécdotas de su vida que les enfadaran, mientras que a otro grupo se les pidió que se sintieran tristes.
Después, los equipos hicieron una dinámica donde pondrían a prueba su creatividad, y se dieron cuenta que aquellos que estaban enojados eran los más participativos y aportaban ideas más originales e innovadoras.
¿Por qué sucede esto? Al parecer la ira genera una respuesta fisiológica que aumenta la motivación y proporciona valentía para tomar riesgos.
Por su parte, el encargado de este estudio, el investigador Matthijs Baas, concluyó que cuando se está realmente enojado, el cuerpo se prepara para movilizar recursos, informándote qué situaciones son malas y ofrece impulsos que te ayudan a salir adelante.
3. Enojón = Mejor en ciertas habilidades sociales
Cualquiera podría pensar que una persona malhumorada tiene muy pocos amigos, pero tal vez esto también sea erróneo ya que el enojo puede mejorar habilidades de lenguaje, de memoria y persuasión.
Ante esto, el investigador Joseph Forgas estudia las emociones y cómo afectan nuestro comportamiento. Él señala que los estados de ánimo negativos “indican que estamos en una situación desconocida y desafiante” y que, ante esto tenemos un “pensamiento más atento, detallado y observador”.
4. Las personas alegres son egoístas
Para aquellos que piensen que el positivismo y la felicidad nos hace mejores personas, error. En un estudio hecho a distintos voluntarios, se les pidió que sintieran asco, tristeza, enfado, felicidad, sorpresa o un estado neutral para jugar al “juego del ultimátum”.
Este consistía en dar a los jugadores dinero y pedirles que lo dividan con el segundo jugador y ver cómo reaccionaban ante ello. Si estaban de acuerdo, se dividía como lo propuso el primero, sino ninguno se llevaba nada. Con este jugo se pretendía medir el sentido de justicia, ver qué tan equitativas son las personas o si prefieren ver por sus intereses propios.
Las personas negativas fueron las que rechazaron más propuestas que no favorecían a ambas partes, es decir, los malhumorados tuvieron respuestas con sentido de justicia e igualdad. A la par, se aplicó otra actividad denominada “juego del dictador”, donde la segunda persona no tenía voz ni voto y debía quedarse con la cantidad que proporcionara el primer jugador. Ante esto, se evidenció que las personas felices se quedaban con más dinero que el resto, mientras que los otros eran menos egoístas.
5. Ser felices nos ciega ante los riesgos
Sí, caballeros, los sentimientos positivos reducen nuestra capacidad de identificar peligros y amenazas que con un poco más de lógica resultan evidentes.
Tomen como ejemplo una salida con los amigos: cuando sales de fiesta con ellos, tomas y te sientes en un punto de excitación y alegría, esa sensación no te permite prestar atención ante riesgos como manejar ebrio o no tener cuidado con las pertenencias.
Las personas malhumoradas, en cambio, mostraron ser más sensatas ante este tipo de acciones.
6. Además, la felicidad nos hace ingenuos
Eso explicaría por qué te friendzonean. La ingenuidad implica no ser crítico ante ciertas situaciones, así que un estudio hecho por la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia, reveló que las personas que son felices y optimistas no son capaces de pensar con escepticismo, por lo que son muy crédulos, incluso ante falsas afirmaciones.
7. Eventualmente, la satisfacción te desmotiva
Las personas que no se sienten satisfechas con sus logros se sentirán impulsados a ir por más y sus aspiraciones futuras crecerán. Por el contrario, aquellos que se sienten realizados dejan de esforzarse por alcanzar metas más altas.
Así que ya lo saben, caballeros malhumorados, la felicidad no lo es todo…