No solo son parte de las leyendas o las películas. Los ninja son reales y tienen mucho más que lo que nos habían contado, al pintarlos solo como asesinos y mercenarios.
Vamos a conocer algunos datos relevantes sobre esta misteriosa estirpe de guerreros y espías, aunque no se sabe bien cuándo fue que aparecieron -algunos los ubican entre los siglos XII y XV-, al parecer llegaron para quedarse.
1. Sus raíces vienen de China
A pesar de que siempre se les ha vinculado con la cultura japonesa, todo parece indicar que esto surgió desde China. Después de que la dinastía Tang se derrumbó en 907, algunos de los generales huyeron a Japón.
Más tarde, en la década de 1020, los monjes chinos los siguieron, llevando sus propias ideas nuevas junto con ellos. La combinación resultante de tácticas de batalla y filosofías tuvo una enorme influencia en Japón. Sun Tzu, el famoso estratega militar, afirmó que el arte del engaño era un componente clave de la victoria y se convirtió en una piedra angular para el camino del ninja.
2. “Shinobi” y “Ninja” significan lo mismo
Los términos shinobi y ninja están bien utilizados al referirse a estos personajes. Ninja proviene del chino, pero su pronunciación fue cambiando al irse integrando a la cultura japonesa. Ninja se traduce como “uno que perdura”. Shinobi es el término que se le dio en Japón.
El ninja, o shinobi (cuyo nombre más formal es shinobi-no-mono), en chino se pronuncia como “nin-sha”. En la actualidad, también se les da el nombre de ninjutsu, es decir “los que practican artes marciales en el camino del ninja”.
3. Iga y Koga fueron los clanes más famosos
Los dos clanes ninja más famosos eran Iga (de la prefectura de Mie) y Koga (prefectura de Shiga). Estas zonas rurales estaban relativamente libres de los señores de la guerra, y querían que se mantuviera así.
Pero los señores de la guerra no eran de la clase de la gente que iba a permitirlo, así que Iga y Koga se convirtieron en lo que podríamos llamar comunidades de autodefensa. Aunque, como llegaron a averiguar más tarde, a veces la mejor defensa es una ofensa aún mejor…
4. El periodo Sengoku fue la época de oro de los ninja
Durante el Nanbukucho (1336-1392) y las guerras de Onin (1467-1477), el ninja jugó un papel activo, pero no alcanzó su cima sino hasta el período de Sengoku (1467-1568).
En esta época funcionaban como exploradores, espías y agitadores para las diferentes facciones beligerantes, y eran particularmente expertos en entrar en castillos. Una vez detrás de las paredes, distraían a los soldados enemigos mientras sus “clientes” cargaban desde afuera.
5. Algunos samurais se convertían en ninjas para evitar la muerte
Los samurais estaban obligados por el código de bushido (el camino del guerrero), a cumplir un estricto conjunto de normas. Andar como espías era considerado deshonroso, por lo que estaban dispuestos a contratar ninjas para hacer su trabajo sucio. Con su honor intacto, podían dormir tranquilos.
Si un samurai tenía que cometer seppuku – suicidio por destripamiento -, al ser deshonrado, en ocasiones se pasaba al lado furtivo de la fuerza y se convertiría en un ninja. Otros que no estaban en esa situación, se volvían shinobi por dinero.
6. Muchos ninjas eran comuneros
Muchos samurais se pasaban del lado de los ninja, pero estos no pertenecían a esa aristocrática clase de los guerreros. Algunos ya nacieron dentro de los clanes Iga y Koga, pero la mayoría eran comuneros, campesinos japoneses.
Esto no quiere decir que no hubiera jerarquías entre los ninja: los jonin (hombres altos) ocupaban la parte superior, como los líderes, seguidos por los chunin (literalmente, hombres de enmedio), y los genin (hombres ordinarios) estaban en el fondo.
7. El entrenamiento incluía sentarse bajo cataratas
La mayoría de los ninja no tenía un entrenamiento formal, a excepción de quienes anteriormente habían sido samurais. Pero una de las formas en que se entrenaban era siguiendo el shugendo, que incluía un viaje espiritual a las montañas.
Se trataba de llevarlos hasta el límite, con largas y extenuantes caminatas, o bien, sentarse durante horas bajo la fuerza de una cascada.
8. El traje de los ninja no era negro ni elegante
La imagen que tenemos de los ninja es muy felina, con un traje completamente negro, pero esto lo vemos solo en el teatro kabuki o en las películas. En realidad, el traje que usaban durante sus operaciones nocturnas no era negro, sino azul marino, ya que es mejor para camuflarse entre la oscuridad.
Durante la mayor parte del tiempo lucían como gente común, como campesinos o artistas callejeros, pues una regla básica de un espía es no destacar de entre la gente…
9. Muchas de sus armas parecían instrumentos de labranza
Por supuesto que si mantenían su disfraz de campesino, no podían lucir armas, sino instrumentos de labranza modificados, como sierras, tijeras y hoces, de tal manera que lucieran como un equipo agrícola cualquiera.
Obviamente tenían armas más “especializadas”, pero esas las llevaban bien ocultas.
10. No arrojaban shurikens…
Esta es una imagen común: un ninja lanzando shurikens. Pero al parecer no eran lanzadas. Si bien sí las usaban, no las arrojaban a sus rivales, sino que las usaban en peleas en corto…
Otras armas, como las shinobigatana (espadas de tamaño medio), shuko (garras metálicas para escalar) o el tessen (abanico con dagas), sí se utilizaban también, y eran mortales…
11. Existían habitaciones “a prueba de ninjas”
Incluso para un ninja, infiltrarse en un castillo japonés era un dolor de cabeza, en el mejor de los casos. Los caminos eran tortuosos y los guardias podían ver venir a alguien desde una milla de distancia. Para empeorar las cosas, algunas habitaciones eran “a prueba de ninjas”. Los pasillos estaban construidos para detectar ruidos; los pisos estaban cubiertos de grava y había cables de accionaban alarmas.
En caso de que un shinobi tuviera acorralado a alguien en una habitación, había armas escondidas bajo las tablas del suelo. Parece algo paranoico, pero cuando piensas en ello, cualquiera podría ser potencialmente un ninja, por lo tanto tenía sentido tomar todas las precauciones posibles.
12. Oda Nobunaga era el enemigo número 1
El señor de la guerra, Oda Nobunaga, estaba en misión para unificar a Japón entre 1551 y 1582. Vio a los clanes de Iga y de Koga como amenazas enormes. Rápidamente acabó con el Koga, pero el Iga resultó ser un dolor mucho mayor.
Después de enviar 40,000 soldados para comprometer al Iga en combate abierto (no con la fuerza de los ninjas), su fortaleza fue destruida y muchos huyeron a las provincias cercanas. Con las dos casas de poder desaparecidas, parecía que los shinobi estaban casi extinguidos. Pero cuando se trata de ninjas, nunca se sabe…
13. Los ninja fueron el primer servicio secreto de Japón
Los ninjas que escaparon de la ira de Nobunaga tenían una habilidad valiosa, pero necesitaban nuevos empleadores. Una parte de ellos se rentaban como asesinos, mientras que otros tomaron el papel de guardaespaldas.
Pero las cosas comenzaron a cambiar en el siglo XVIII. El primer servicio secreto de Japón y la agencia de inteligencia se formaron, y los primeros en ser tomados en cuenta fueron los ninja. Pero eso no fue suficiente para salvar la profesión, y como la estabilidad se extendió por todo el país durante el período Meiji, la demanda de ninjas se desvaneció…
14. Los ninjas escribieron su historia en pergaminos
Si se habían quedado sin empleo, presintieron que probablemente los ninjas estaban por desaparecer, y considerando que por ser espías no tenían registros de su historia, decidieron empezar a escribirla en pergaminos…
Estos pergaminos proporcionan la mayoría de los datos que conocemos de estos enigmáticos guerreros. Otra buena parte ha venido de la tradición oral, que se fue compartiendo de generación en generación, pero no es muy confiable.
15. James Bond introdujo a los ninjas al Occidente
El primer uso occidental conocido del ninja fue en la novela de James Bond “Solo se vive dos veces”. En el libro, Bond se ve obligado a luchar contra una fuerza ninja japonesa de élite. Al mismo tiempo, Japón estaba emergiendo de nuevo como una potencia mundial y la gente estaba cautivada por su cultura. En 1964, Japón compitió en las Olimpiadas e introdujo el mundo al deporte del Judo. En la década de 1970, las películas de Bruce Lee y David Carradine popularizaron el concepto de ninja y de “peleador de kung-fu”.
El resurgimiento del ninja condujo a un amplio fenómeno cultural no solo en Estados Unidos, sino también en Japón. Tanto es así que Japón los ha vuelto a revivir, a través de atracciones turísticas. Innumerables películas, videojuegos, comics y programas de televisión se centran en los ninjas, incluyendo algunos sobre los viejos ninjas del Japón feudal.