No es que nos corroa la envidia solamente porque el resto de los mortales tenemos que partirnos el lomo para sobrevivir mes con mes, mientras que estos “riquillos” no conocen otra cosa que el lujo sin sudar una gota. Bueno, a lo mejor sí nos da un poco de envidia (y de la mala) ver cómo viven estos niños nacidos en cuna de oro, cuya mayor preocupación es tener que elegir el color de su nuevo auto superdeportivo.
Si se trata del rico humillando al pobre, estas 25 imágenes muestran qué es lo que hacen quienes solo tienen que estirar la mano para comprarse todo lo que se les antoje.