La aparición de los influencers es un fenómeno relativamente nuevo y las personalidades de internet han ido adquiriendo importancia conforme las redes sociales se convierten en la norma de la comunicación, lo que hace que se sientan como vacas sagradas.
Resulta que el “buey divino” más novedoso es el ya infame Borja Escalona, youtuber que se presenta como un gourmet de lujo pero se comporta como un mafioso pendenciero. Durante su visita al bar A Tapa do Barril, en Vigo, Pontevedra, España, Escalona quiso irse sin pagar y cuando le pasaron la cuenta de dos dólares, amenazó a la trabajadora con malas reseñas y con un cobro de más de 2500 dólares “por promoción”. Al poco tiempo, su cuenta en YouTube estaba suspendida.
Comensal gorrón
▶️| El 'youtuber' Borja Escalona amenaza 'A tapa do barril' de Vigo con malas reseñas y pasar una factura de 2.500 euros 'por promoción' si no le dan de comer gratis.
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— EDATV (@edatvoficial) August 13, 2022
El asunto empezó muy sencillo. El youtuber llegó al bar A Tapa Do Barril y pidió una empanadilla, que se comió con mucho gusto. Conforme se preparaba para retirarse del sitio, el influencer exclamó que le gustó mucho la comida y el lugar. Entonces la trabajadora que lo atendió, Rebeca, le informó que debía pagar los dos dólares que costó su comida. Ahí comenzó el drama.
Con cara de incredulidad, el gorrón dijo que antes de darle la primera mordida a la empanada, le dijo a la mesera que él solo comía cosas gratis. Ante esto, la dependienta, a quién él insistía en llamar Lucía a pesar de no ser su nombre, le aclaró que nunca había habido un acuerdo para invitarle la comida, por lo que lo correcto era que pagara.
Pasivo-agresivo
Luego de mirar incrédulamente a Rebeca y de preguntarle en repetidas ocasiones si era en serio que tenía que pagar su comida, Escalona sacó dinero de su bolsillo y lo colocó, claramente enfadado, en la barra. Aunque había dicho que ya se iba, se quedó y preguntó nuevamente el nombre del lugar. Entonces inició su táctica de agresión pasiva.
Pretendiendo que estaba hablando con sus seguidores, mientras seguía comiendo su empanadilla, empezó a decir a la pantalla “No, no, no, cuidado, no empiecen a poner críticas negativas ni tonterías sobre este lugar en las redes sociales”, claramente para atacar a la empleada del bar. Escalona quería que ella se preocupara por el daño que él y “sus seguidores” podrían causar a la imagen del negocio.
Mafioso
Luego de haber amenazado la imagen del bar, pasó a la siguiente fase de su venganza por haberlo obligado a pagar su consumo y le dijo a Rebeca que al restaurante le llegaría una factura por 2542 dólares por la promoción que acababa de hacer del lugar. Cuando, nuevamente, trató de salirse, luego de la amenaza, Rebeca se defendió.
“Tú me estás amenazando: básicamente me estás diciendo que le vas a pasar a mi jefa una factura que voy a cargar yo, pones en peligro mi trabajo”, le dijo la trabajadora. Sin embargo, el pusilánime mafioso trató de salirse por la tangente diciendo que él no la mandaría, sino su empresa, ni siquiera haciéndose responsable de sus propias amenazas.
Cancelado
Luego del mal rato pasado por todos debido a la actitud inmoral de Escalona, se reportó que algunos de sus seguidores empezaron a calificar negativamente al bar a pesar de jamás haber ido allí. El influencer se defendió diciendo que había hecho un trato previo con los dueños del bar, lo que fue desmentido por A Tapa Do Barril en un comunicado de Instagram, donde además anunciaron que iniciarían acciones legales contra el mafioso.
Para el fin de semana, el canal de YouTube de Escalona no podía ser abierto y su cuenta de Twitch corrió con la misma suerte. Aparentemente, la presión popular fue demasiada y YouTube decidió jugar a la segura, suspendiendo al extorsionador, que en una jugada maestra de ingenio se había grabado a sí mismo llevando a cabo sus fechorías.
La disculpa: perdón, pero no me merezco esto
Aunque al principio se mostró muy rudo, cuando apenas cerraron su canal, dándoselas de muy machín y que sus haters “se la p***ban”, al día de hoy le ha bajado varias rayitas a su actitud y se ha disculpado al borde de las lágrimas porque ya es un indeseable en muchos sitios y no solo en las redes, sino también en la vida real. Eso sí, al final aclaró que no era para tanto y que no se merecía el trato que recibía.
La otra noche fui a cenar a un bar con mi mujer, cuando llegamos a Madrid y el mismísimo gerente del bar nos echó, me dijo que no quería indeseables en su local y que antes de que pidiera que le pusiera reseñas, me las metiera por el c**o.
No es la primera gracia de Escalona
En 2021, Escalona ya había sido detenido por la policía nacional por lastimar a una mujer con una máquina de afeitar que lanzó al aire en Madrid, demostrando su irresponsabilidad, egoísmo y falta de interés por el bienestar de los demás. Si fuera detenido por cargos de extorsión, nadie se sorprendería dado que él mismo proveyó las evidencias para ello. Y, aun así, no admite que él es responsable de su propia caída en la opinión pública.
Escalona atribuye el desprecio de la gente hacia él a un grave problema que tiene España, que es, según él, que lo único que los une es el odio hacia algo o hacia alguien. Así, el bullying del que ha sido objeto es culpa de la forma de ser del pueblo español, no de él, o sea, lo odian solo porque necesitan algo para odiar, no porque sea un agresor con antecedentes y un extorsionador.