La pandemia de coronavirus ha mantenido alejados, al menos de forma física, a millones de familias alrededor del mundo; sin embargo, algunos se esfuerzan al máximo con tal de reunirse con los suyos, como Kleon Papadimitriou, un joven griego que no encontraba vuelos desde Escocia, así que tomó su bicicleta y pedaleó hasta poder encontrarse con sus seres queridos.
A sus 20 años, Kleon se quedó atorado en Escocia, donde es alumno de la Universidad de Aberdeen, pero debido al cierre de fronteras y cancelación de vuelos no encontraba la forma de viajar a Grecia para estar cerca de su familia. En tres ocasiones reservó un vuelo, pero en igual número de ocasiones fue cancelado.
Ante este escenario, tomó la decisión de hacer el viaje en bicicleta por todos los 3,500 km que lo separaban de su tierra natal, así que reunió pan y mantequilla de maní, una bolsa para dormir, alimentos enlatados y refacciones para su bicicleta, y emprendió la ruta el 10 de mayo con el firme objetivo de cruzar Europa hasta llegar a su hogar.
Ahora me doy cuenta de lo grande que fue este logro y aprendí muchas cosas sobre mí, sobre mis límites, sobre mis fortalezas y mis debilidades. Y diría que realmente espero que el viaje haya inspirado al menos a una persona más a salir de su zona de confort y probar algo nuevo, algo grande. Como una persona relativamente introvertida, me vi obligado a salir de mi zona de confort en el sentido de que si no hiciera algunas cosas, no tendría un lugar dónde quedarme, no tendría agua. Me obligó a tener esas interacciones para poder llegar.
—Kleon
Pasó por Inglaterra, los Países Bajos y de ahí a Alemania e Italia, y fue en este país donde tomó un bote para llegar al puerto de Patras, ya en Grecia, desde donde volvió a pedalear para finalizar su viaje de 48 días en Atenas. Durante todo el viaje se mantuvo en contacto con su familia, pues esa fue la condición de su padre para permitirle emprender su aventura.
Fue muy emotivo. Viniendo de una familia de dos padres que fueron muy aventureros en sus años de juventud, al verme seguir sus pasos, creo que es muy emotivo para ellos y obviamente me da mucho significado. Pero creo que, en todo caso, sintieron alivio.
—Kleon
Por fin pudo estar en casa con sus padres, primero para tomar un merecido descanso y luego para convivir con ellos hasta esperar que las clases se reanuden en Escocia, aunque seguramente para el regreso sí esperará que haya un vuelo, o al menos un tren, pero ya no en su bicicleta.