Cuando piensas en las películas de Saw: El juego del miedo, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente? Claro, el muñequito en triciclo, pero además de eso, sangre.
La película fue un éxito en taquilla por ser una de las más sangrientas del momento, pero si hay que reconocerle otro logro es el de salvar vidas. Sí, así como lo lees, esta franquicia de terror ha salvado muchas vidas y hoy te contaremos por qué.
Resulta que James Wan era apenas un novato en el mundo de la dirección cinematográfica y antes de Saw, apenas había grabado otra película, por lo que en 2004 no era un cineasta reconocido.
Aunque la sinopsis de la película era atractiva y contaba con un buen elenco, el estudio Lionsgate creía que confiar en los directores novatos era un riesgo que podría afectar el recibimiento del filme. Por esta razón, iniciaron un legado del que muy pocos conocen y que es más grande que la misma franquicia.
La productora organizó el Jigsaw Halloween Blood Drive, un movimiento que alentaba a los espectadores que no querían pagar por un boleto para ver la película a donar sangre. Para que esto fuera posible, la compañía se asoció con la Cruz Roja estadounidense para garantizar la legalidad y seguridad de la campaña.
Para sorpresa de todos, Saw fue un éxito en taquilla y recaudó más de 100 mil millones de dólares, por lo que Lionsgate no dudó en crear una secuela que prometía ser igual de exitosa.
No solo hubo una segunda parte, sino que ya se han hecho nueve películas bajo la misma línea, unas más exitosas que otras, y la campaña de donación de sangre siguió con ellas.
Para 2009, con la sexta entrega, más de 120 mil personas habían donado sangre a cambio de un boleto y el Jigsaw Halloween Blood Drive se convirtió en un evento altruista de culto más esperado por los fanáticos del cine de terror, ya que ninguna otra compañía había creado algo similar.
Este suceso se hizo tan popular, que el equipo de mercadotecnia creó personajes para promocionar la campaña: un equipo de enfermeras sobrias y espeluznantes que aparecían en los asombrosos pósteres. Aunque estas jamás aparecieron en las películas, se convirtieron en personajes importantes para los seguidores de Saw.
Además, la campaña sirvió para cambiar las reglas de donación de sangre en los Estados Unidos, ya que estas impedían a los hombres homosexuales donar sangre, incluso si llevaban una relación monógama con su pareja. Los carteles de 2017 incluyeron la frase “Todos son bienvenidos”, dejando en claro que no se hacía distinción de ningún tipo en su campaña.
Justo para 2017, con el estreno de la última entrega, la campaña salvó cerca de 360 mil vidas en Estados Unidos, y todo indica que se seguirán sumando, pues este año está por estrenarse una nueva historia escrita por el comediante Chris Rock.
Quién se habría imaginado que una de las franquicias más sangrientas de todos los tiempos sería la responsable de salvar tantas vidas por medio de la donación de sangre. Ironía con causa.