Como bien decía Homero Simpson, los roqueros no solo tienen el derecho, sino la obligación de ser irresponsables, irreflexivos y ruidosos con los demás. Eso se ha notado no pocas veces en la vida real, confirmándolo.
A continuación tenemos a los 11 roqueros que hicieron cosas terribles y reprobables y que al final se salieron con la suya, aunque a nosotros, meros mortales, no nos parezca ni remotamente correcto.
1. Vince Neil: borracho e impune
Allá por 1984, Vince Neil, de Mötley Crue, impactó a un vehículo mientras manejaba borracho, perdiendo el control y provocando un terrible accidente en el que perdió la vida el baterista Nicholas Razzle Dingley, quien viajaba con él.
En un momento dado se acusó a Neil de asesinato imprudencial por conducir mientras estaba ebrio, por lo que se le sentenció a 30 días en la cárcel con cinco años de libertad condicional. Finalmente se le perdonó la condena por “buen comportamiento”, lo que es un oxímoron cuando hablas de un roquero.
2. Rammstein: hablando de caníbales
Esto es más raro y perturbador que malo en sí, pero a los alemanes se les ocurrió que era una excelente idea cantar sobre las tropelías de Armin Meiwes, un caníbal criminal. Y la cosa se pone más rara.
La canción Mein teil fue impugnada por el mismísimo caníbal, quien demandó a la banda desde la cárcel (estaba cumpliendo ocho años de condena por sus atroces actos), porque se habían atrevido a contar su historia sin permiso. Al final, la demanda no tuvo éxito y la banda hizo lo que quiso con su canción.
3. Ted Nugent: adúltero y asaltacunas
De algún modo, en 1978, el guitarrista convenció a los padres de Pele Massa, una joven de 17 años, de firmar la documentación necesaria para convertir al roquero en su guardián legal. Por supuesto que el bienestar de la joven nunca fue su preocupación.
Nugent se llevó a Massa consigo, mudándose con ella para convertirla en su concubina. Además de todo, el roquero aún estaba casado con su primera esposa, Sandra Jezowski.
4. Ozzy Osbourne: el terror de los murciélagos
Esta es una anécdota clásica y probablemente la PETA tiene a Ozzy entre sus personas más odiadas por esta gracia, aunque, según el músico, todo fue un error. En un concierto de 1980, a alguien se le ocurrió arrojar un murciélago al escenario y el cantante pensó que sería buena idea decapitarlo de una mordida.
En fechas posteriores, Ozzy explicó que creyó que el animal era de utilería y revelaría que tuvieron que llevarlo al hospital para vacunarlo y evitar que se enfermara de rabia. En el pecado estuvo su penitencia. Ah, y el compositor británico llegó a hacer lo mismo con una paloma, que también creía que era de juguete. Como que se nota un patrón.
5. Alice Cooper: ejecutor de gallinas
En otro acto legendario de abuso animal (de manera no intencional, según el roquero), allá por 1969, a Alice Cooper le arrojaron una gallina viva, como si se tratara de un peluche del Dr. Simi.
La leyenda dice que Cooper, sin saber qué hacer con el animal y sorprendido por lo extraño del suceso, envió de vuelta el animal al público y en un acto de locura colectiva, los fans despedazaron viva a la pobre ave, lanzando los pedazos del pobre bicho al escenario.
6. Lemmy Kilmister: no soy racista, pero me veo bien como uno
El bajista líder de Motorhead es infame por haberse presentado con un uniforme nazi a una sesión de fotos. Según él, lo hizo simplemente porque “le gustaba cómo se veía”.
Me gusta el aspecto que dan los uniformes nazis, se ven muy bien. Desde siempre, los malos tienen los mejores uniformes. Así que no soy racista, simplemente me encantan estos uniformes.
7. Trent Reznor: tortura pero artística
“Líricas explicitas” es una advertencia especialmente apropiada para la producción de Nine Inch Nails. Además, su vocalista Trent Reznor alcanzó la infamia en 1993 con un video para su música que él mismo decidió no publicar por ser “demasiado perturbador”. Por supuesto, el video se filtró y toda una generación quedó traumada por sus grotescas escenas de tortura, demasiado realistas.
Irónicamente, el cantante dijo que reprobaba el supuesto uso de música de su grupo como preparación para interrogar (y, presumiblemente, torturar) a presos en sitios como Afganistán, Irak y Guantánamo.
8. GG Allin: locura en vivo
Este hombre llevó lo retorcido y repulsivo a un nuevo nivel, implementado la automutilación y el consumo de sus propios excrementos durante sus presentaciones en vivo. A pesar de que uno pensaría que nadie querría ver eso (u olerlo), el músico siempre tuvo a un culto de seguidores apoyándolo.
Debido a que los videos de Allin estaban mal grabadas y con muy bajos niveles de producción, además de no ser distribuida adecuadamente, no es de extrañar que este hombre fuera más reconocido por sus locuras en el escenario que por su música.
9. Jim Morrison: arrestado “por menearla”
Jim Morrison, una leyenda de la música como vocalista de The Doors, siempre fue todo un alborotador durante las grabaciones, así como en las presentaciones en vivo, probablemente, debido a que siempre estaba intoxicado.
Durante una presentación en el auditorio Dinner Key, en Miami, Florida, Morrison empezó a ir de un lado a otro con su miembro de fuera, lo que, obviamente, provocó controversia. El músico terminó siendo arrestado por exhibicionismo.
10. Mayhem: ni muerto estás fuera de la banda
Luego de que Yngve Pelle Ohlin, el vocalista de esta banda noruega de black metal se quitara la vida empleando una escopeta, sus colegas hicieron lo que cualquier metalero sensato haría en su misma situación: tomaron una foto y la emplearon como portada de su álbum Dawn of the Black Hearts.
El asunto no se quedó ahí, pues los miembros de la banda llegaron al extremo de apropiarse de trozos del cráneo de su compañero para hacerse “amuletos de buena fortuna”. Esos sí son amigos.
11. Marilyn Manson: agrediendo a su protector
El 16 de agosto de 2001, el cantante fue acusado de asalto sexual contra uno de los vigilantes que lo protegían durante un show en el DTE Music Theatre, en Independence Township, Michigan. Manson escupió sobre la cabeza del protector, apresándolo con sus piernas y, posteriormente, frotando sus genitales sobre la cabeza y el cuello del guardia de seguridad.
La víctima, Joshua Keasler, de 25 años entonces, presentó cargos que podrían haber llevado a Manson a la cárcel hasta por dos años, pero, claro, encontró la forma de evitarlo. Al final, el cantante se declaró culpable de asalto y lesiones, evitando ser condenado y registrado como delincuente sexual. El músico diría luego que la decisión “fue una victoria para el arte”.