Si hay algo en lo que todos estamos de acuerdo es que las muñecas pueden ser aterradoras, en especial aquellas de porcelana en forma de bebés con ojos fijos que, sin duda, podrían estar mirándote mientras duermes. Además, el cine nos ha dicho que estas pueden estar poseídas y que no dudan en matar para divertirse, como Anabelle o Chucky.
Por si fuera poco, las cintas están basadas en hechos reales, incluso la del “muñeco asesino” y déjenme decirte que esta historia te pondrá los pelos de punta. Si quieres saber más acerca de Robert, el muñeco que inspiró a Chucky, sigue leyendo.
Todo comenzó cuando Robert Eugene Otto, llamado cariñosamente “Gene”, adquirió a Robert, un muñeco que le obsequió su abuelo como regalo de cumpleaños, que fue traído desde Alemania hasta su casa en Key West, Florida, en 1904. A partir de entonces, Robert y Gene tuvieron una relación un poco peculiar y que algunos llamarían insana. Gene llevaba al muñeco a todas partes, jugaba y charlaba con él (algo típico en un niño). Sin embargo, no se refería al muñeco como a un juguete, sino como a una persona, como si estuviera vivo.
Según cuenta la leyenda, el joven Gene culpaba a Robert de varios percances que sucedían en la casa y aunque parecía la narración de un niño, tal vez se trataba de algo más malévolo de lo que se imaginaban. Cuando el pequeño tenía 10 años, su madre se despertó por sus gritos y al llegar a su habitación, la encontró desordenada, con los muebles volcados y a su hijo en posición fetal. Cuando le preguntó qué fue lo que sucedió, él solo respondió: “Robert lo hizo”.
Desafortunadamente, los sucesos no terminaron ahí, pues empleados de la casa comentaron que escuchaban a Gene hablar con Robert, pero oían dos voces diferentes. Además, el tiempo tampoco destruyó su relación, pues cuando este se casó, llevó al muñeco a su nuevo hogar e incluso le dio una habitación y lo colocó en el alféizar de la ventana viendo a la calle. Los niños no se acercaban a la casa porque aseguraban que el muñeco se movía solo.
Cuando Gene murió y la casa fue vendida, Myrtle Reuter, su nueva dueña, lo guardó en un caja en el ático, donde los invitados informaron escuchar risas de niño y pasos corriendo, por lo que después de 20 años de “travesuras” fue donado en 1994 al Museo Fort East Martello, de Florida, donde ahora es exhibido.
El museo rastreó su origen hasta la Steiff Company, la misma que creó a los ositos Teddy. Lo más probable es que haya sido parte de una colección, pero no de juguetes, sino de muñecos de aparador. Además, la ropa de marinero que ahora porta no es la original, tal vez se trate de algún traje que Gene usaba de niño.
Su cuidadora en el museo, Cori Convertito, dice que a ella no le ha pasado nada extraño estando encargada de Robert. Sin embargo, muchas personas aseguran haber tenido accidentes automovilísticos, huesos rotos, pérdida de empleo, divorcios y una gran cantidad de desgracias después de haber insultado al muñeco. Por esta razón es común que el museo reciba cartas dirigidas a Robert, en la que los remitentes le piden disculpas y ayuda. Pero eso no es todo, pues también le mandan regalos y dulces.
Hoy es un muñeco que tiene más de 117 años, su aspecto se ve desgastado por el tiempo y dicen que el poder de su alma se ha desvanecido al igual que el estado de su tela, pero que todavía sigue “haciendo de las suyas”, vestido con su traje de marinero y con su propio juguete, un perro mullido con grandes ojos.