Así como en un cuento de Simbad el Marino, sacado directamente de las páginas de Las mil y una noches, un desierto con aire místico alberga el cementerio de bestias mecánicas con sus huesos blanqueados al sol, despertando en el visitante un aire de misterio y asombro. Este es el cementerio de autos de Catar, que ha empezado a capturar la imaginación de los visitantes al desértico estado soberano.
Con cerca de un kilómetro cuadrado de superficie, el colosal mausoleo es el último lugar de descanso de un sinfín de vehículos cuyos motores no rugirán más por las calles catarís ni servirán a otro propósito que a donar sus partes aún funcionales a los autos que les sobreviven. Este sitio de incómodo reposo automotriz es el deshuesadero y depósito de Al Wukair.
Cementerio en el desierto
Aunque a diferencia de las tradiciones más orientales, como la shintoista, en las cuales todos los objetos y los seres naturales o artificiales tienen espíritus o almas, la tradición islámica sostiene que el alma es un medio de supervivencia de la esencia humana, de un estado de vida a otro. De cualquier modo, no cabe duda de que este “cementerio” es imponente y resulta ominoso, dando aires de un sitio casi religioso, pero la verdad es que la presencia de los “cadáveres” de los vehículos automotores tienen una explicación mucho menos espiritual.
A tan solo unos 19 kilómetros del centro de la capital de Catar, Doha, el depósito de vehículos y de chatarra de Al Wukair es una dependencia del gobierno catarí y tiene como propósito “encargarse” de los vehículos que, por las más diversas razones, han tenido que ser retirados de circulación al pasar de los años: accidentes, violaciones viales, incautaciones, desahucio, etc.
Hay de todo
Aunque uno podría esperar que solo se tratara de coches arruinados, como sería de esperarse en un sitio donde los autos han sido abandonados a su suerte, la realidad es que entre las carcasas sin futuro y las ruinas de los autos se pueden encontrar autos de lujo perfectamente funcionales y actuales compartiendo espacio con coches realmente antiguos que podrían encontrar su lugar en un museo.
Los vehículos pueden estar en óptimas condiciones, ligeramente dañados, quemados por el sol o en condiciones lamentables e incluso calcinados y/o destruidos más allá de toda posibilidad de identificación. Este purgatorio vehicular es además hogar de todo un espectro de coches de todos los estratos de la vida: camiones, jeeps, autobuses, maquinaria pesada y de construcción conviven (o acompañan en su eterno descanso) con carros de alto rendimiento, deportivos y de lujo.
Se cuentan por los miles
No es posible saber el número exacto de los vehículos que se encuentran actualmente en el cementerio catarí, pero entre vehículos funcionales y chatarra o piezas irreconocibles, aunque en la opinión educada de algunos de los cuidadores del sitio, el número de vehículos oscila entre los veinte mil y los veinticuatro mil residentes más bien permanentes del “camposanto”.
No está prohibido ir, pero tampoco estás invitado
¿Te llama la atención el cementerio automotriz de Al Wukair? Pues no se trata de un sitio turístico, sino de un “negocio de gobierno”, por lo que no hay realmente ningún tipo de tour que te lleve a conocer el sitio. Sin embargo, al momento, tampoco es como si en Catar estuvieran haciendo esfuerzos activos por mantener a curiosos y turistas fuera del sitio. El modo que se considera más directo para llegar al lugar es seguir el camino a Salwa desde Doha y luego seguir las indicaciones hacia Mesaieed; por ese camino se toma la salida a Al Wukair, que lleva directamente al deshuesadero.
Así, aunque hay distintos puestos de vigilancia y guardias más o menos frecuentes “cuidando el sitio”, que podrían estar dispuestos a “escoltar visitantes”, están ahí para cuidar y ver que las personas no hagan destrozos y que no roben nada. Habrá que ver si no se convierte en un destino turístico legítimo en el futuro próximo.