Los edificios pueden parecernos eternos y por eso ocurren dos cosas: no les prestamos mucha atención o creemos que sus pisos y paredes permanecerán inamovibles por siempre. La realidad es que los edificios cambian todo el tiempo, ya sea porque son erigidos, renovados, derribados, remodelados, etc., y en el proceso, secretos que habíamos olvidado, que nunca sospechamos o que de plano esperábamos que nuca fueran descubiertos, salen a la luz. A continuación te mostramos 10 hallazgos sorprendentes que ocurrieron cuando alguien decidió mover una pared o dos.
1. Action Comics #1
Uno de los cómics más codiciados en el coleccionismo, el Action Comics #1, que marca la primera aparición del icónico Superman (de manos de Jerry Siegel y Joe Schuster), publicado en 1938, fue encontrado por un contratista en las paredes de una casa que compró para renovar y luego vender.
El afortunado descubridor de la historieta, David González, de 35 años y oriundo de Minnesota, compró la casa por 10 100 dólares. En enero de 2013 se encontraba retirando el aislamiento de la cochera y durante el proceso encontró el cómic metido en la pared, el cual terminó vendiéndose por más de 17 veces lo que había pagado por la casa: un total de 17 5000 dólares por el cómic. Probablemente pudo haber obtenido más, pero su esposa le “arrancó pedacitos al cómic” mientras lo examinaba con curiosidad.
2. Breaking Home Ties
Breaking Home Ties o Rompiendo lazos con el hogar, del pintor estadounidense Norman Rockwell, se creía exhibido en el Museo Norman Rockwell, en Stockbridge, Massachusetts, pero el hallazgo de una pintura detrás de una pared de la casa del caricaturista Don Trachte, que resultó ser la original, dio al traste con la ilusión del museo.
Resulta que Trachte compró el original a Rockwell en la década de los sesenta por 900 dólares. Parece que en los setenta, Trachte reprodujo la pintura, ocultando la original, aparentemente para evitar que fuera arrebatada de “las manos de la familia”. El museo decidió, eventualmente, exhibir el original y el falso lado a lado, para aderezar la historia de la obra. Sin duda, es una anécdota curiosa y la reproducción era tan buena que engañó a curadores profesionales por años: el original terminó siendo adquirido, en subasta, por 15.4 millones de dólares.
3. Luces de neón vintage: Vampiros eléctricos
Este descubrimiento es un poco fuera de serie, porque a pesar de que sí fue benéfico encontrarlo, la verdad no le causó gusto en su momento al descubridor. En 2012, el dueño de la cafetería Clifton’s descubrió seis filas de luces de neón escondidas, brillando detrás de una pared. Durante una remodelación anterior las habían emparedado y a nadie se le ocurrió desconectarlas en su momento.
Los tubos de neón habían sido instalados probablemente en 1935, cuando el restaurante tenía una temática de jungla y múltiples luces como esas, por lo que se estima que llevaban 77 años encendidos y gastando electricidad equivalente a unos 17 mil dólares. Rara vez las luces de neón duran más allá de los 40 años, vaya suerte.
4. Panal oculto: un ejército emparedado
Luego de convivir por un buen tiempo con abejas que solían encontrar en su casa, una familia en Florida decidió no seguir soportando los ocasionales piquetes de abeja y el constante zumbido que reinaba en la casa, pero nada la preparó para lo que venía.
La experta apicultora Elisha Bixler removió la pared de la ducha de la familia, lo que reveló un panal de abejas de más de 2.1 m de altura, tan enorme que se extendía desde el piso hasta el techo y exhibía a unas 80 000 abejas ocupadas en sus asuntos. Afortunadamente, Bixler pudo capturar a las abejas, que fueron instaladas en los colmenares de su granja.
5. Una casa secreta
Buscando la fuente de un airecillo frío que circulaba en su baño, Samantha Hartsoe decidió explorar un extraño resquicio en su pared. ¿Qué encontró? Un departamento de tres habitaciones escondido.
Lo que halló en el departamento oculto no fue más que pilas de basura y algunas ventanas abiertas (la fuente de la corriente de aire frío, sin duda). Aunque Hartsoe esperaba encontrar a alguien ahí (descubrió un bote de agua vacío en el espacio secreto), luego concluyó que ese espacio era inhabitable.
6. Protección contra el mal de ojo
Durante una renovación en 2014, Laura Potts contrató gente para renovar su hogar. En una ocasión, se le ocurrió revisar el avance de los trabajadores y descubrió un zapato de mujer en el alféizar de una ventana, el cual luego supo fue encontrado por el plomero dentro de un compartimiento en la pared de la chimenea.
De acuerdo con historiadores, el uso de zapatos usualmente se usaba para proteger a los moradores de algún hogar de los efectos negativos de “las malas arte” de las brujas o de los espíritus malignos. Se desconoce si el plomero reemplazó el pequeño zapato viejo y sucio con algún otro en mejor estado para que la señorita Potts siguiera protegida o si la renovación no incluía servicio de impermeabilización sobrenatural.
7. Alcohol de la prohibición
Aunque los dueños de la casa centenaria sabían que había sido construida por un notorio contrabandista de licores de la era de la prohibición, lo descartaron como un mero mito. Sus esquemas cambiaron radicalmente cuando hicieron un fortuito descubrimiento en las paredes de su casa. Luego de un año de vivir en la casa, decidieron renovar su hogar (las casas de 100 años suelen ser un poco menos que perfectas).
Cuando removieron el borde inferior de su recibidor, encontraron varias botellas de la era de la prohibición. Luego encontraron un lote similar debajo de los tablones del piso de la habitación, sumando más de 66 botellas: todas habían sido envueltas en paja y estaban etiquetadas como Old Smuggler Gaelic Whiskey, una marca que aún se usa hoy en día. Las botellas estaban en perfectas condiciones y pletóricas, lo cual le confería un valor estimado en 1000 dólares a cada una, pero los descubridores decidieron quedarse con una, ya saben, para “tener una probadita de la historia”.
8. Una fortuna en monedas de oro
A finales de octubre de 2019, trabajadores encargados de la renovación de una mansión en Bretaña, Francia, se toparon con una misteriosa caja que había sido emparedada y al abrirla, descubrieron un tesoro consistente en centenarias monedas de oro con una acuñación poco común.
Días después, los trabajadores recuperaron otra colección de monedas, esta vez envueltas en un trapo oculto sobre una viga de madera. En total, unas 239 exóticas monedas de oro fueron descubiertas. Los dueños de la mansión alertaron a las autoridades y les enviaron las monedas para que fueran estudiadas. Al final, se determinó que las monedas habían sido acuñadas durante los reinados de Luis XIII y de Luis XIV, monarcas de Francia en los periodos de 1610-1643 y de 1643-1715, respectivamente. En 2021, las monedas fueron subastadas y terminaron vendiéndose por 1.2 millones de dólares.
9. Carta de Amor
Una carta de amor dirigida a Betty Miller y firmada por un tal Walter, en abril de 1944, fue encontrada oculta en la pared de una casa mientras era remodelada. El Departamento de Policía de Greenfield, Massachusetts, Estados Unidos, pidió ayuda al público por medio de su página en medios sociales, para indagar en el trasfondo de la misteriosa misiva.
La familia de la señorita Betty Miller fue localizada por la policía, pero, trágicamente, la mujer ya había pasado a mejor vida. En la poética (y melosa) carta, Walter escribe “siempre he pensado en ti más que en ninguna otra chica y aún lo hago”. La policía asegura que a pesar de nunca haberse casado con Walter, Betty tuvo una vida feliz.
10. Dinero de la Gran Depresión
Bob Kitts descubrió dos alijos de dinero de la era de la Gran Depresión en dos paredes de una casa de 83 años que se encontraba renovando: 157 mil dólares en la pared de un baño y 25 dólares en otra pared de la casa. Emocionado, Kitts le mostró el hallazgo a la dueña de la casa, Amanda Reece, pero no se decidieron en cuanto a cómo se dividirían el dinero.
El efectivo estaba dividido en varios envoltorios, los cuales portaban como remitente a la Agencia de Noticias P. Dunne. Eventualmente, los herederos de Patrick J. Dunne, anterior dueño de la casa, demandaron tener derecho sobre el dinero hallado. Reece decidió retirarse de la disputa, dejando solo a Kitts y a los Dunne en su bronca. El magistrado testamentario del condado de Cuyahoga le concedió 13.7 por ciento de lo encontrado a Kitts (unos 25 000 dólares) y el resto fue a parar a manos de los herederos de Dunne.