Debido al intenso calor que azota en México, todos estamos en busca de maneras de refrescarnos para rescatar la poca dignidad que nos queda después de dejar cualquier asiento todo sudado. En este sentido, ¿te atreverías a probar una torta de helado con tal de enfriarte un poco?
Sabemos que cualquier persona que no le ponga, necesariamente, queso a las quesadillas respondió afirmativamente esa pregunta, pero todos los que no estamos acostumbrados a cobijar hasta los sentimientos entre dos mitades de bolillo estamos un poco desconfiados del resultado.
Sin embargo, este curioso platillo no es nada nuevo. De hecho, data de los años 60, cuando el papá de Don Simón, actual dueño de la nevería Sánchez, decidió echarle unas bolas de nieve a un pan durante una fiesta y todos quedaron encantados con el resultado.
Tras el curioso caso de éxito, el negocio familiar decidió facturar con este nuevo invento y agregarlo a su inventario. Varias décadas después, sigue siendo un postre altamente solicitado entre los pobladores de Xonacatlán, Estado de México, y de la Ciudad de México.
De acuerdo con los habitantes de la región, este refrigerio es una delicia, pues la combinación del helado derretido con la migaja del pan origina una textura agradable al paladar. Además, solo cuestan un dólar (18 pesos), o sea, menos que una Coca de dos litros.
Por último, según los creadores de la torta de nieve, no se trata, meramente, de echar cualquier tipo de helado, sino que debe tener cierto tipo de firmeza para que no se derrita de inmediato, por si tenías pensado hacerla en tu casita.