Lorna Goldstrand Klefsaas impuso un reto a su hijo más joven, Silvert, cuando este tenía 12 años: El niño no debía usar las redes sociales ni involucrarse con ese mundo directamente hasta que cumpliera 18 años. Pero el reto no fue algún capricho de la madre ni tampoco algo que se inventó al azar, sino que Lorna había presenciado lo absorbentes que pueden llegar a ser las redes sociales y cómo las horas que se les dedica son, muchas veces, tiempo perdido que podría usarse en algo más. Además, sus tres hijas estaban muy involucradas en ese mundo.
El pasado 19 de enero, Silvert cumplió con éxito el desafío y con pompa y circunstancia, su madre hizo entrega de un premio por 1800 dólares, los cuales fueron solo la cereza del pastel, pues el joven dice haber tenido una experiencia positiva a raíz del reto, que le ayudó a desarrollarse constructivamente durante los seis años que duró.
Problemas familiares
Lorna es madre de cuatro y había presenciado en primera fila el poder destructivo del incorrecto uso de las redes sociales, pues sus tres hijas estaban inmersas en ellas, tanto así que la mayor de las hermanas había caído en depresión, en gran parte a causa del uso de plataformas sociales en línea, como Instagram, Facebook y Snapchat.
La problemática con sus hijas llegó a tal grado que debido a la obsesión de su hija mayor por mantener su “racha de Snapchat”, se vio obligada a confiscarle el teléfono a los 16 años. Después de que la chica le agradeciera por lo que había hecho, la madre supo qué debía hacer.
La meta
1800 dólares son mucho dinero para un niño, pero no tanto así para un joven de 18 años. Aun así, con su cumpleaños número 18, Silvert va a tener dinero en su bolsillo y podrá estrenar cuentas en Instagram, Snapchat y Twitter. Les informo a todos que es la mejor inversión que he hecho en mi vida.
La declaración de Lorna vino acompañada por una foto de su hijo de 18 años presumiendo su nuevo iPhone. La orgullosa madre cuenta que para mantenerlo alejado de las malas influencias de las redes sociales, la mujer oriunda de Minnesota, inspirada por una historia en la radio llamada 16 por 16, en la cual una madre premió a su hija por mantenerse alejada de las redes sociales hasta que cumpliera los 16 años, se aprovechó de la ambición y el espíritu competitivo de Silvert.
No fue la gran cosa…
Al empezar el reto (a los 12 años), no tenía presencia en ninguna red social, por lo cual no tuve que esforzarme por alejarme. No diría que hubo algún momento en el que estuviera a punto de romper mi promesa, y conforme avanzaba el tiempo, se fue volviendo una cuestión de orgullo.
-Silvert
Para Silvert, ahora de 18 años, en retrospectiva, fue una tarea larga pero relativamente sencilla. Su única incursión a las redes sociales, previa al reto de seis años, fue el uso de Snapchat y no le interesó mucho, pues lo borró casi inmediatamente después de bajarlo.
6 años bien invertidos
Alejado por seis años de todos los aspectos de las redes sociales, sin preocuparse por consumir tiempo en ellas o por mantener su perfil al día acerca de sus experiencias o su almuerzo, el joven estadounidense pudo concentrarse en su vida estudiantil, en sus estudios y en la práctica de deportes (fútbol americano y basquetbol, principalmente).
Con una vida universitaria por delante y un mundo de posibilidades abiertas ante él con su ahora libre acceso a las redes sociales, Silvert evalúa las opciones para gastar su premio, que en su juventud planeaba emplear para comprar su propia casa, y empieza a dar sus primeros pasos para iniciar una nueva y saludable vida como cibernauta.