“Amor, hoy no. Me duele la cabeza” o “me siento muerta” ¿Te suena familiar? Pues las libélulas hembra hacen algo parecido para rechazar las propuestas de reproducción de los machos, sólo que ellas literalmente fingen estar muertas para alejar a sus audaces conquistadores.
Rassim Khelifa es un investigador de la Universidad de Zurich que ha estudiado las libélulas durante la última década.
Su descubrimiento nació un día que estaba recogiendo larvas de libélulas de páramo en los Alpes suizos, fue ahí cuando vio por primera vez el fenómeno: un macho estaba persiguiendo a una hembra, enseguida ella se tiró al suelo y se quedó inmóvil sobre su espalda hasta que el macho se fue.
El estudio de Khelifa sobre el comportamiento, titulado “Fingiendo la muerte para evitar la coerción masculina; resolución extrema de conflictos sexuales en una libélula “, fue publicado en la revista científica Ecology.
Consistió en la observación que 27 de cada 31 libélulas femeninas trataban de evitar a los hombres de esta manera, y en la mayoría de los casos parecía tener éxito.
La gran pregunta
¿Por qué podría una libélula hembra estar tan desesperada para evitar a los hombres?
Khelifa dice que las relaciones sexuales pueden ser peligrosas para las hembras, ya que el acto puede quitar el esperma que queda dentro de la hembra de un compañero anterior.
“De hecho, los varones han desarrollado una estructura de pene sofisticada que limpia los espermatozoides del tracto reproductivo de la hembra. Por lo tanto, ya que una copulación es suficiente para fertilizar todos los huevos, es desventajoso tener relaciones con otro macho”, dijo.
¿Será que todas las hembras son iguales?