El archivo de casos de Ed y Lorraine Warren contiene los sucesos más escalofriantes y tétricos que darían material para una saga de películas bastante larga y cada vez más aterradora. La tercera cinta de El Conjuro también está basada en sus investigaciones y es endemoniadamente espantosa.
Después de El Conjuro, inspirada en el caso de la familia Perron, y El Conjuro 2, basada en el caso de los Hodgson, la tercera cinta protagonizada por Vera Farmiga y Patrick Wilson se inspira en la investigación que los Warren hicieron en Brookfield, en donde Arne Cheyenne Johnson asesinó a un hombre y en su juicio dijo que el diablo lo obligó a hacerlo.
Obviamente no queremos arruinarles la película. Sin embargo, lo que vamos a contarles aquí no es lo que sucede en esta genial cinta de terror, sino el caso real en que se basó. Ya ustedes podrán saber qué tanto se apegaron en la trama de El Conjuro 3 y qué diferencias hay. Claro que habrá uno que otro SPÓILER inevitable, pero aquí ya queda sobre aviso si deciden conocer esta historia.
Todo comenzó en 1980 y no en Brookfield, Wisconsin, sino en Connecticut, en donde vivía la familia Glatzel en una vieja granja que habían comprado. Antes de mudarse a ese lugar, el hijo menor, David, de 11 años, tenía comportamientos muy extraños y decía que tenía visiones sobrenaturales.
Entre las cosas que el niño veía estaba un anciano que lo atormentaba y amenazaba con hacerle daño tanto a él como a su familia si se mudaban a la vieja granja. Pero no tomaron en serio estas advertencias y los Glatzel se mudaron. En poco tiempo, la condición de David empeoró, porque además de sus visiones, ahora despertaba con heridas de origen desconocido en el cuerpo.
Para ayudar a sus padres con el cuidado de la granja y de David, Debbie Glatzel, la hermana mayor, le pidió a su novio Arne Cheyenne Johnson que se mudara con ellos. Mientras tanto, la madre, Judy, contactó a los Warren para que estudiaran este caso.
Un sacerdote local bendijo la granja para que Ed y Lorraine pudieran hacerle una serie de exorcismos a David. Esto ya de por sí era muy escalofriante. Durante una de estas sesiones, el niño sintió que unas manos invisibles lo asfixiaban y mientras hablaba un dialecto extraño, recitaba pasajes de la Sagrada Biblia y gruñía con todas sus fuerzas.
Arne estaba presente en este exorcismo y al ver la desesperación del niño, gritó “déjalo en paz, tómame a mí”, hablándole a la demoníaca entidad que poseía a David. Entonces todo se tranquilizó y la sesión terminó. Los Warren habían acabado su trabajo, pero todavía quedaba mucho por delante.
David Glatzel mejoró y entonces Debbie y Arne se mudaron al suburbio de Brookfield, en donde ella consiguió un empleo como estilista de mascotas. Además de darle trabajo, su jefe, Alan Bono, le rentó a la pareja una casa. Todo parecía marchar sobre ruedas.
Sin embargo, después Arne comenzó a tener conductas extrañas e, incluso, una vez estrelló su auto contra un árbol sin que se diera cuenta. Ahí empezó a considerarse la idea de que ahora él era el poseído por la entidad que habitaba en el niño David.
El 16 de febrero de 1981, Arne se reportó enfermo y no fue a trabajar. En su lugar, acompañó a Debbie al local donde ella laboraba y entonces Alan Bono los invitó a comer. Los testimonios de otros invitados fue que el jefe empezó a beber alcohol y las cosas se salieron de control.
Debbie le pedía a todos que se fueran y en un arrebato, Alan sujetó a Mary, prima de la estilista, para obligarlos a quedarse. Arne lo confrontó y la discusión se hizo tan intensa que de pronto él apuñaló a Bono cinco veces en el torso. Al asesinar al jefe, estaba haciendo ruidos extraños y gruñía como un animal.
Arne escapó del sitio del crimen, pero horas después fue encontrado a tres kilómetros, desorientado. Fue arrestado y el caso se hizo público rápidamente, pues se trataba del primer asesinato cometido en Brookfield.
En su defensa, Arne dijo que no había actuado conscientemente, que el “diablo lo obligó a hacerlo” y su abogado usó el argumento de que había sufrido una posesión demoníaca. Sin embargo, esto no funcionó en la corte y Johnson fue sentenciado a pasar de 10 a 20 años en prisión.
Debido a su buena conducta, solamente cumplió cinco años en la cárcel y se casó con Debbie durante ese tiempo. Al salir de prisión, volvió a casa con su esposa y tuvieron dos hijos. Ella falleció de cáncer y él sigue vivo pero en el anonimato.
Ahora que ya conocen el horror detrás de El Conjuro 3 ustedes pueden juzgar qué tan fiel es la trama de la película con base en la historia real de Arne y David, que causó un verdadero terror en Connecticut y Brookfield.