Es muy acertada aquella frase que dice: “cuando se quiere, se puede” y para muestra este botón. Estos cuatro chicos argentinos con Síndrome de Down demostraron no tener obstáculos para ser exitosos en la vida, pues juntos decidieron convertirse en empresarios al abrir una pizzería.
Ellos se conocieron en un taller de la ONG en donde un grupo de profesionales acompaña a niños, adolescentes y jóvenes con síndrome de Down a desarrollarse y compartir vivencias, a través de la estimulación de sus capacidades individuales y la creación de lazos.
Les presentamos a “Los Perejiles”, nombre que escogieron para nombrar a su negocio de pizzas.
Los 4 emprendedores son: Mateo Kawaguchi de 22 años, Leandro Padros de 24, Mauricio Roldan de 21 y el más chico del cuarteto: Franco Noseda de solo 19 años de edad.
Estos muchachos han aprendido a hacer una pizza desde cero y a ser económicamente activos e independientes. Pero no están solos, puesto que los apoyan Leandro López, psicomotricista y fundador del taller de la ONG, SUMANDO, y el terapista y profesor de educación física, Kevin Degirmenci.
La tarea de encontrar un negocio adecuado no fue fácil, pero un punto a favor y que facilitó la búsqueda fue que Leandro Padros se recibiera como Maestro Pastelero. La cocina, entonces, iba a ser esencial, y la pizza se convertía en la mejor opción cuando Mateo, otro de los chicos, recibió su título como Maestro Pizzero.
“’Los Perejiles’ se comenzó a gestar cuando les planteamos a los padres el problema del trabajo, porque los chicos estaban yendo a un colegio especial donde los forman en distintos oficios, supuestamente con salida laboral, pero luego queda todo ahí… Y hoy no solo es una realidad sino que es algo único. En el taller tenemos chicos que no sabían hacerse ni un sándwich para merendar, cruzar la calle o los quehaceres domésticos. Y todo cambió”.
– Leandro López.
El proceso de producción se ha hecho fuerte debido a la organización de estos jóvenes, ya que mientras uno enharina las mesas, otro le da forma a la masa, y con bases pre hechas, su horno, los ingredientes y utensilios de cocina, llegan a las fiestas en las que los contratan.
También ahí tienen papeles definidos puesto que Mauricio y Franco prefieren trabajar de mozos e interactuar con los comensales.
Los emprendedores comenzaron su sueño en julio del 2016 y ya llevan más 128 eventos entre reuniones familiares, cumpleaños, bodas y degustaciones para empresas.
El sabor y la textura de las pizzas atraen a un gran número de clientes que los ha hecho salir adelante y prosperar con su negocio.
Además se han hechos famosos en todo el país y en otras partes del mundo, gracias a las redes sociales.
Debido al éxito obtenido y a la gran demanda del público, Leandro López logró incluir a otros 14 jóvenes con síndrome y así pueden cubrir los compromisos que resultan en Buenos Aires y áreas cercanas.
En los planes del grupo está la posibilidad de alquilar una ‘food truck’ para ampliar el negoció de comida rápida.
Leandro Padros afirma:
“Estoy muy contento porque es la primera vez que tengo un empleo… Mis papás también están emocionados. Ahora estoy juntando para comprarme ropa y otras cosas para mí”.