No hay nada mejor que ver películas navideñas esta temporada, y vaya que hay muchas de donde elegir, empezando por Mi Pobre Angelito 1 y 2, esas son de ley; luego viene un nuevo subgénero de películas de Navidad que poco tienen que ver con ella, pero son de culto y los fans han dictado que así sea. Un ejemplo de ellas es Duro de Matar, Arma Letal, Gremlins y Rocky IV.
Entonces, bajo esa extraña regla, los fans de Marvel han decretado que Iron Man 3 también es una película navideña, pues es el escenario de una parte importante de la historia. Como recordamos, Tony Stark, en lugar de tener una cena con amigos y familiares, debe detener a Aldrich Killian, que está armando el virus Extremis.
Siendo honestos, la trama de Iron Man 3 podría llevarse a cabo en cualquier época del año, pues no toda ella transcurre en un entorno navideño, pero el hecho de que le dé un lugar a esta fecha convierte a la película en un candidato perfecto para formar parte de este selecto grupo de películas de Navidad que apenas y la mencionan, así que merece un puesto especial junto a Mi Pobre Angelito.
Pero más allá de la fecha, lo que hace a Iron Man 3 una película navideña es la esencia de su historia, misma que gira en torno a Tony y las dificultades por las que pasa para entender las consecuencias de sus actos y aprender de ellas. Ese es el espíritu de la Navidad, ¿no es así?
Tony debe combatir a Killian, a quien conoció 20 años antes y ha regresado con sed de venganza después de haber sido rechazado por Stark en los años 90. Además, nuestro hombre de acción está luchando con sus propios demonios internos, tratando de superar los eventos ocurridos en The Avengers. Tony no duerme, sufre de ataques de ansiedad frecuentes y todos lo presionan para hablar de ello. A eso súmenle el estrés de la temporada, como elegir los regalos y decorar árboles. Iron Man 3 se podría comparar con Una Historia de Navidad, de Charles Dickens.
Al igual que Scrooge, Tony necesitó de un buen empujón para “agarrar la onda”. Requirió que Pepper casi se fuera de su lado para darse cuenta que debía ser una mejor pareja; o que Harley le recordara lo que es perder una figura paterna y la importancia de no abandonar sus responsabilidades; necesitó que Rhodey le mostrara una vez más cómo entrar en acción y salvar el día.
Tony al comienzo de la película es muy diferente al Tony que vemos en el final. Lo vimos jugar con sus trajes de Iron Man, pero es hasta que los destruye todos que entiende el verdadero significado de su ser: “Mi armadura nunca fue una distracción o un pasatiempo, fue un capullo. Ahora soy un hombre diferente”, mientras suena de fondo Jingle Bells. Tony pudo haber cambiado en cualquier momento del año, pero lo terminó haciendo justo en Navidad.
Al final, Tony arroja su Arc Reactor al océano, despidiéndose de su pasado y saludando a un nuevo capítulo en su vida. Entonces, si ustedes me dicen que Iron Man 3 no es el vivo retrato del espíritu navideño, no sé qué película vieron ustedes, es evidente que este film es de Navidad y punto.