Si estás en busca de tu refugio, tu hogar, pero no quieres una casa común y corriente, aburrida y con muros frágiles, parece que esta es la opción ideal para ti, pues es una mezcla entre lo divertido de Los Picapiedra y la vida moderna.
Beckham Creek Cave Lodge es una increíble residencia ubicada en Arkansas, pero no es una construcción como las demás: está hecha en una cueva, así que tendrás los muros más sólidos que te puedas imaginar.
Localizado en una remota región de Arkansas, originalmente se construyó como un refugio antibombas, pero se fue convirtiendo poco a poco en un lujoso hotel, que puede albergar de forma subterránea a ocho huéspedes, con todas las comodidades que puedas encontrar.
Tiene su propio helipuerto y su cascada, así que si requieres salir volando -literal- lo puedes hacer sin dificultad.
La noche en este lugar tiene un costo de 1,200 dólares, pero el dueño del hotel está vendiendo la propiedad en 2.75 millones de dólares, ideal para algún villano de película de James Bond, ¿no te parece? O para ti, que quieres un lugar único y muy sólido.
Además, estarás rodeado de la naturaleza, así que una vez que acabes de explorar tu propia cueva podrás salir a conocer todas las que están en los alrededores.
Desde el siglo XIX era un sitio que los visitantes exploraban, pero en 1983 se empezó a trabajar para convertirlo en un refugio antibombas, durante la época de la Guerra Fría, en la que John Hay, el primer propietario, invirtió cerca de dos millones de dólares para que quedara habitable.
Durante cuatro años realizaron modificaciones y adecuaciones, hasta darle forma a este increíble lugar.
Un periódico local comentaba en 1988:
Primero, 20 trabajadores eliminaron 100 millones de años de piedra de la cámara subterránea. La boca de la cueva está cubierta de muros de hormigón de un metro de espesor y revestidos con piedra de cantera.
Se dejaron huecos para las ventanas de la cocina y la sala de estar, con paneles de roble y una entrada con un arco con marco de nogal.
De acuerdo con John Hay, se ha respetado la forma de la cueva y en alguna ocasión comentó que “el arquitecto es Dios”. Al término de la Guerra Fría pensó que ya no era necesario tener un refugio de este tipo, así que lo vendió y se convirtió en hotel.
Cuenta con centro de entretenimiento, energía eléctrica, calefacción, cuatro habitaciones con su propio baño, todo rodeado de las formaciones rocosas que han permanecido ahí durante millones de años.
¿Qué te parecería ser el dueño de este sitio? ¡Increíble!