No siempre es necesario buscar la felicidad, a veces ella viene a ti en las formas menos esperadas, ya sea al encontrar libre el último estacionamiento con sombra, ser recibido por tus hijos con un “te quiero”, descubrir un billetote que habías olvidado al fondo de tu bolsillo o recordar esa cheve que pusiste a enfriar por la mañana… ahí están los pequeños placeres de la vida.
En las siguientes 16 fotos podemos vislumbrar vestigios de esos discretos momentos de felicidad. Hay algo en ellas que simplemente nos relaja y nos recuerda que la vida vale la pena vivirla, aun si es solo para disfrutar esos detalles que nos traen júbilo y gozo. Definitivamente son epifanías gráficas.