En la historia de la humanidad hay casos excepcionales que parecen sacados de alguna película de ciencia ficción. Sin embargo, una vez que sepas el contexto, quedarás sorprendido y te convencerás de que en realidad sucedieron. A continuación te presentamos nueve casos completamente fascinantes y, aunque no lo creas, 100 por ciento reales.
1. Al Capone alimentaba a 2200 desempleados todos los días
Durante la época de la depresión estadounidense, Al Capone era de los criminales más buscados, pero también uno de muy buen corazón, pues hay registros que en 1930 este hombre alimentaba a más de 2200 personas en Chicago todos los días.
El hombre famoso por la masacre de San Valentín tenía un corazón de pollo y durante una de las peores crisis económicas del mundo no podía soportar caminar por la calle y ver tanta pobreza, así que hizo algo para solucionarlo y abrió una “Cocina de sopas” en donde atendía mañana, tarde y noche a muchas familias en necesidad.
Aunque el dinero no salía directamente de los bolsillos de Al Capone, sino que reunía donaciones de muchos hombres de negocios. Nadie sospecharía que este gánster era un filántropo.
2. Sí te puedes morir de risa
No es el primer caso de muerte por risa, es algo que ha existido desde la antigua Grecia hasta la modernidad. Alex Mitchell estaba viendo un episodio de The Goodies Show en 1975 y tras escuchar una broma se rio por 25 minutos y esta carcajada causó una falla cardíaca que causó su muerte.
Aunque los doctores determinaron que la risa no fue la causa real de la muerte, sino un problema cardiovascular hereditario, la esposa agradeció a los cómicos del programa por haber hecho que su esposo fuera feliz en los últimos 30 minutos de vida.
3. Annie Edson Taylor, la primera persona en sobrevivir un viaje en las Cataratas del Niágara en un barril
Esto no es ninguna mentira. Annie emprendió un viaje por el Niágara dentro de un barril y si te preguntas por qué hizo esto, la respuesta es meramente económica. Pues tras su hazaña, ella alcanzó cierta fama y una considerable fortuna por contar su aventura.
Desafortunadamente, su mánager le robó el barril y ella gastó hasta el último centavo contratando investigadores privados para atraparlo. Este hombre apareció en Chicago, pero para la mala suerte de Annie, volvió a escapar y nunca más volvió a verlo ni a él ni a su barril.
4. La importancia del café en Turquía
En el siglo XVI, el café era muy codiciado en la cultura turca, tanto que una mujer podía solicitar el divorcio de su marido si este no era capaz de proveer esta bebida.
Así fue como el café se volvió parte importante de la vida de toda una sociedad y se consideró como un artículo indispensable de la canasta básica. En este periodo, Constantinopla se llenó de tiendas de café. Lamentablemente, poco tiempo después, el gobierno de Khayr Bey, temeroso por el poder de los cafetaleros, prohibió por completo esta bebida, lo que no hizo feliz a nadie porque para ese momento, todos consideraban al café como sagrado y una parte importante de su cultura.
5. Un avión israelí aterrizó sin una ala
Esta verdadera hazaña de la Fuerza Aérea israelí ocurrió el 1 de mayo de 1983 en Negev Region. Dos naves chocaron en el aire durante una sesión de entrenamiento y una de ellas, la nave F-15, perdió un ala después de la colisión. Aunque todos consideraron que la nave explotaría al intentar aterrizar, el piloto Ziv Nadivi fue capaz de hacerlo y salvar su vida. Una proeza del nivel de una película de Misión imposible.
6. Tres jóvenes intentaron llegar al Polo Norte utilizando un globo aerostático
Esta historia pasó en 1987 cuando tres jóvenes suizos intentaron llegar al Polo Norte en su globo aéreo. Esta expedición fue llamada El Globo Ártico de André.
Lamentablemente, ni Andre ni sus compañeros probaron el globo que importaron desde París y, en consecuencia, tres días después chocaron con un pilar de hielo.
Nadie volvió a saber más de ellos, hasta 33 años después, cuando un barco encontró sus cuerpos junto a su diario y una cámara. En estos se puede ver que los tres hombres sobrevivieron durante unas semanas cazando osos polares y después murieron.
7. El hombre que hizo que lloviera en San Diego, California
El año de 1915 fue bastante seco para esta ciudad, así que el gobierno contrató a Charles Hatfield, un hombre conocido por supuestamente tener una máquina para hacer llover.
Según este hombre, él tenía en su poder una combinación de 23 sustancias químicas que podrían alterar las condiciones de la atmósfera y, por lo tanto, producir lluvia, incluso en medio de una sequía.
El gobierno de esta ciudad contrató a este hombre y aunque tú no lo creas, tras soltar sus 23 sustancias secretas, las nubes cubrieron el cielo de San Diego y las gotas de lluvia empezaron a caer. Lamentablemente, esta historia no tuvo un final feliz, pues lo que comenzó con una pequeña lluvia terminó por convertirse en la mayor tormenta de la ciudad. Llovió sin parar por un mes entero y el resultado fue una inundación sin precedentes en esta ciudad.
Aunque verdaderamente no se sabe si esta lluvia fue producto de estos químicos, la ciudad se negó rotundamente a pagarle a Charles por su experimento y alegó que la lluvia fue enviada por Dios. Así que real o no, este hombre se marchó con las manos vacías y San Diego quedó inundado.
8. Un hombre se enfrentó a un juicio por combate y ganó
En 1817 en Inglaterra, un criminal llamado Abraham Thornton, acusado de violar y asesinar a una joven, pudo caminar libremente después de que su defensa pidió un “juicio por combate”, que en esos momentos seguía siendo una figura legal válida, pero nadie la había pedido desde tiempos medievales.
El acusado puede enfrentarse a quien lo ha acusado, en este caso el hermano de la víctima, quien se rehusó a aceptar el combate y, en consecuencia, Abraham Thornton fue liberado y exonerado de sus delitos. Dos años después, en 1819 se derogó el juicio por combate, por miedo a que alguien más volviera a pedirlo.
9. La lectura era considerada una enfermedad crónica en el siglo XVIII
Ahora las campañas de lectura buscan que todos agarremos un libro y soltemos el celular, pero en el siglo XVIII se creía que la lectura era toda una adicción de los adolescentes. Hay que pensar que en estos tiempos no había muchos entretenimientos y las novelas eran como el TikTok de esta generación.
Mientras la fama de los libros iba en aumento, los jóvenes no podían dejar de leer, así que la sociedad empezó a preocuparse por “el exceso de lectura” y hasta le pusieron varios nombres: Manía, ira lectora o lujuria lectora.
Esto no fue un caso aislado de un país o dos, en Europa fue considerada como “la epidemia lectora” y las consecuencias de la adicción a los libros eran una moralidad disoluta y una conducta promiscua. La novela que se consideró culpable de este nuevo comportamiento fue The Sorrows of a Young Werther, de Goethe, quien también fue culpado por depresión adolescente e intentos de suicidios por parte de sus lectores.
La vida superando la ficción.