Dicen que la vida no da con las dos manos, pero esto no aplica para George Clooney, pues ha ganado premios por doquier: dos Óscar en 1997 y 2006, el privilegio de ser nombrado dos veces en la revista People como el hombre más sexi del mundo, además de haber lanzado una tequilera que posteriormente vendió en casi un billón de dólares.
Lo mejor de todo es que el actor no solo tiene suerte y talento para los negocios, sino que es un buen hombre y amigo, y lo demostró con el gran regalo que le hizo a sus amigos.
Lo de buen tipo se lo ha ganado a pulso, pues junto con su esposa Amal, han ayudado miles de niños sirios refugiados brindándoles educación y techo donde vivir.
Sin embargo su gran corazón fue un poco más allá y mostró la gratitud que tiene hacia sus amigos, por lo que en una cena con ellos les regaló a cada uno la suma de un millón de dólares, incluso pagó otros $300,000 en impuestos, con la finalidad de que sus amigos tuvieran la suma íntegra.
Uno de sus amigos, el empresario Rande Gerber, dio algunos detalles de lo sucedido y dijo:
George comenzó diciendo: ‘Escuchen, quiero que sepan cuánto significaron para mí y cuánto significan para mí en mi vida’. Llegué a Los Ángeles, dormí en tu sofá. Soy muy afortunado en mi vida de tenerte, a todos, y no podría estar donde estoy hoy sin todos ustedes.
‘Así que es realmente importante para mí que mientras todavía estemos todos juntos, yo les devuelva algo. Así que quiero que todos abran sus maletas’.
Gerber continuó:
Cada uno, 14 de nosotros, recibimos un millón de dólares. Todos y cada uno de nosotros. Estamos conmocionados. ¿Cómo pasó es esto?.
Él dijo: ‘Sé que todos pasamos por tiempos difíciles, algunos de ustedes todavía están pasando por eso. No tienen que preocuparse por sus hijos, no tienen que preocuparse, ya saben, de la escuela, no tienes que preocuparte por pagar tu hipoteca’.
Vaya que tener un amigo así no tiene precio. Sin duda no es el dinero, sino la gratitud del buen hombre, su integridad y humildad. Aunque sin duda no nos vendría mal un regalito de esos.
Como anécdota cabe señalar una ocasión en la que George viajaba con sus gemelas recién nacidas, Ella y Alexander.
Tomó un vuelo trasatlántico y estaba realmente preocupado porque sus pequeñas hijas se soltaran en llanto y molestaran a los pasajeros, por lo que compró bastantes auriculares y regaló uno a cada compañero en el avión para evitar la molestia. Cada auricular fue marcado con el logotipo del tequila Casamigos, su empresa, adjunto con una una nota que decía: ‘disculparse antes de tiempo’.