Algunas personas inocentes estuvieron de acuerdo en ser encerrados en una prisión… pero para un nuevo programa de televisión. El programa, llamado “60 Días”, está diseñado para mostrar lo que es pasar el tiempo en la cárcel, desde una perspectiva que no se había mostrado antes.
Los ocho participantes se mantuvieron como presos ante los funcionarios y los internos reales en la cárcel del Condado de Clark, en Jeffersonville, Indiana. Mientras estaban en la cárcel, la población regular del presidio creyó que estos 8 internos estaban siendo filmados para un programa sobre quienes caen por primera vez tras las rejas.
A pesar de ser potencialmente peligroso, y a pesar de que uno de los participantes tuvo que ser retirado después de que fuera herido por un preso, el productor del programa y el Sheriff del Condado de Clark, Jamey Noel, dijeron que “valía la pena el riesgo”.
Noel, quien asumió el cargo el año pasado, dijo que estaba tratando de limpiar una cárcel para 500 reclusos, donde parecía haber más drogas de lo que había en las calles.
También consideró incluir policías encubiertos en las instalaciones, para proporcionar información de inteligencia sobre lo que realmente estaba pasando, pero no pudo conseguir a nadie que se comprometiera a una estancia más allá de dos o tres días.
Todos estos voluntarios tuvieron sus motivos para participar. Una mujer, trabajadora social, manifestó que su esperanza es la de poner fin a la violencia entre bandas; otro, un ex-Marine, pensó que la experiencia le ayudaría a convertirse en un agente de la DEA. Uno más es un maestro que quería decirle a sus estudiantes a dónde los pueden llevar las malas decisiones. Un miembro joven de este equipo quería tener una idea de lo que su hermano preso estaba pasando.
Todos los falsos reclusos tenían una frase de seguridad: “Realmente extraño el café”, lo que sería la clave para que los productores de inmediato los retiraran de una situación potencialmente peligrosa. También el ponerse una toalla en la cabeza sería una señal para ser retirados del peligro.
Los falsos internos ayudaron a las autoridades carcelarias a descubrir toneladas de información; por ejemplo, cómo se hicieron las armas de contrabando. También descubrieron una estafa donde algunos internos les dijeron a los de reciente ingreso que no se les permitiría usar el baño de forma segura, a menos que pagaran una cuota.
El sheriff Noel dijo: “Hemos aprendido cosas que el oficial de la cárcel con más experiencia nunca hubiera sabido que estaban pasando”.