Es común escuchar que los “artistas infantiles”, sobre todo los que están involucrados en la industria del entretenimiento, como la música o los medios audiovisuales (cine y TV), triunfan por un tiempo, siendo espectacularmente populares, y luego desaparecen sin dejar rastro, hasta que son redescubiertos por el público, hundidos en el alcohol, las drogas y el escándalo.
Entre esas víctimas de la fama, de la ambición de la industria y hasta de la avaricia de sus familias hay quienes han alzado la voz y han dado a conocer el otro lado de la moneda de la fama infantil, del cual pocos han logrado escapar y que ha sido motivo de la perdición de muchos. A continuación te presentamos 13 estrellas infantiles que compartieron sus terribles experiencias.
1. Macaulay Culkin
Fue uno de los rostros más reconocidos en el Hollywood de principios de los 90, tan así que no podías ir a una sala de cine sin que estuvieran exhibiendo alguna de sus películas: Mi pobre angelito (1990), Mi primer beso (1991) y Ricky Ricón (1994), por mencionar algunas, en las que daba la impresión de un niño peculiar y en general feliz.
La verdad es que la carrera de Macaulay era manejada por su padre, quien, según el actor, era controlador y abusivo. La explotación era física y mental y además se extendía a la madre del chico y a sus hermanos. Para cuando sus padres se separaron (al cumplir 15 años) no le quedaron ganas de mantener ningún contacto con su progenitor.
2. Drew Barrymore
Con una “carrera de actuación” iniciada a los 11 meses de nacida en un anuncio de comida para cachorros, su fama llegó a la estratosfera con su participación en E.T. A partir de entonces, sus ofertas en Hollywood se multiplicaron y todo parecía ir viento en boga para la jovencísima actriz, aunque eran solo apariencias.
A los siete años ya bebía licor, a los 12 ya tenía graves problemas con la bebida y a esa misma edad se confirma su adicción por las drogas. Para cuando tenía 13 años fue hospitalizada por un intento de suicidio. Drew logró emanciparse de sus padres a los 14 años: su padre era un violento alcohólico y su madre la expuso al mundo de los estupefacientes. Pero ahí no termina su historia trágica, pues a los 15 años, Hollywood, el único mundo que conocía, le da la espalda. Por fortuna, eventualmente encontró la estabilidad y la vuelta a la fama.
3. Miley Cyrus
A Miley le gustaba actuar, se sentía bien con el estilo que su papel de Hannah Montana le imponía y, en general, lo manejó muy bien durante años, siendo un exitoso símbolo adolescente y famosa intérprete y actriz ligada a Disney. Sin embargo, en un momento dado, llegó a darse cuenta de que en realidad su vida no había estado tan bien.
La actriz llegó a decir en una entrevista que el peso que la industria pone sobre los hombros de las niñas o niños actores es demasiado, en especial cuando estos se vuelven famosos internacionalmente. Entre las largas sesiones de maquillaje, las estrictas dietas y el tiempo invertido en los programas, los exagerados vestidos, con pelucas y tiaras resultó que su yo adulto se dio cuenta de que simplemente fue un abuso que la alejó de sí misma, pues la trataban como si fuera su personaje e ignoraban por completo que Miley Cyrus existía.
4. Raven-Symoné
Raven fue aceptada como la adorable Olivia en El show de Bill Cosby luego de ser rechazada en su primera audición, a los tres años, para la película El fantasma de papá (1990) por ser demasiado joven. Llegó a aparecer en El príncipe del rap y en producciones como Dr. Dolittle. Además, tuvo su propia serie en 2003, Es tan Raven y siguió en la actuación junto a una carrera en la música que había iniciado en los 90, a sus cinco años.
Raven se ha vuelto muy abierta respecto al modo en que desde su actuación en El show de Bill Cosby, cuando tenía apenas siete años, le impedían tomar refrigerios en el trabajo porque “podía engordar”. Para cuando creció y siguió con su carrera, muy frecuentemente de gira, la gente la llamaba “gorda”, a lo que ella tenía que responder “No se trata de tu tamaño, sino de lo que tienes que decir y de lo que puedes hacer”.
5. Cole Sprouse
Cole Sprouse inició realmente joven en la actuación, con unos ocho meses de edad, junto a su hermano gemelo Dylan. Se vendían en paquete, actuando en TV, películas y comerciales, notablemente en producciones como Un papá genial (1999) y Friends. Su punto máximo de actuación infantil fue su propia serie Zack y Cody: Gemelos en Acción.
Cole ha sido muy abierto en su opinión respecto al modo en que el medio del espectáculo explota a los jóvenes, especialmente a las mujeres, que en su experiencia, la tenían mucho más difícil que él y su hermano. El actor considera que la experiencia de las jóvenes era terrible y deshumanizante y que no puede comparar su propia experiencia con la de ellas.
6. Aaron Carter
La estrella pop juvenil tuvo una carrera musical envidiable, alcanzando una fortuna de 200 millones de dólares antes de cumplir los 18 años, pero para cuando tuvo edad de acceder a su fortuna, descubrió que su familia ya había vaciado las arcas que contenían sus millones. De los aproximadamente 30 millones que debía haber tenido en su cuenta coogan (debido a la ley Coogan), los cuales sus padres tenían la obligación de haber abonado, tenía menos de dos millones.
Según Aaron, sus padres dilapidaron la fortuna que se creó a partir de su trabajo, comprando decenas de autos, casa, yates y un sinfín de bienes que luego fueron vendidos durante el divorcio de sus padres, quienes se dividieron el dinero, sin dejarle un centavo al cantante pop. Pero el abuso no solo fue económico, pues narra que su padre dañó irreversiblemente su oído derecho con un disparo de magnum cerca de su cabeza, que lo dejó 70 por ciento sordo. Sus haters lo han atacado repetidamente, lo que sigue hasta la actualidad, azuzando grupos de personas para acosarlo.
7. Alyson Stoner
Inició su carrera con su participación con voz en la producción animada japonesa de Studio Ghibli Pon Poko, con apenas un año de edad, pero realmente empezó a tener éxito a los 11 años con la película Más barato por docena (2003). Además, participó en Camp Rock (2008) y le dio voz a Isabela en Phineas y Ferb, convirtiéndola en una bona fide artista Disney.
Entre hospitalizaciones que mantenían ocultas, una madurez prematura y sobreexplotación (se ha llegado a definir a sí misma como una “mula de carga” en la maquinaria de la industria del entretenimiento), Alyson ha sido muy vocal respecto a los problemas del estrellato infantil, en especial en su caso. Entre otros problemas están sus desórdenes alimenticios, que la fueron drenando y tuvo que buscar ayuda, en contra de las recomendaciones de “su equipo”, para volver a aprender a comer a los 17 años. La actriz dijo que esa fue “una de las mejores decisiones de su vida”.
8. Rivkah Reyes
Estudiante de música e intérprete de guitarra clásica desde sus cuatro años, tuvo participación en el programa de radio From the Top. A sus 10 años interpretó el papel de bajista en el filme Escuela de rock, su gran hit, experiencia que dice haber disfrutado grandemente. Incluso estudió bajo y chelo exclusivamente para desempeñar su papel de Katie en la cinta de comedia. Sin embargo, no todo fue bueno.
Según su testimonio, se vivía en constante inseguridad existencial durante los años posteriores a la producción de Escuela de rock, pues muchos hombres adultos la sexualizaban por su participación en la cinta. No ayudó tampoco que sus compañeros de clases fueron ásperos cuando regresó a la escuela. Además, Rivkah confesó haber sido una adicta sin freno desde sus 14 hasta los 24 años, logrando recuperar la sobriedad apenas en 2017.
9. Mara Wilson
Los dos roles por los que es más conocida son el de Natalie en Papá por siempre (1993) y el de Matilda en el filme homónimo de 1996. A diferencia de otras estrellas infantiles (con notorias excepciones, como Natalie Portman), Mara se dio cuenta muy pronto de que el camino del estrellato era peligroso. La actriz decidió salirse temprano del medio.
Incluso antes de cumplir 12 había imágenes mías en sitios de fetiches de pies y me fotoshopeaban para hacer imágenes para adultos, lo que siempre me causaba gran vergüenza. Aunque trabajaba en películas familiares (medida tomada por seguridad, de parte de sus padres) no funcionó para mantener alejados a los acosadores.
– Mara Wilson, hablando sobre la forma en que el público le aterrorizó, explotando y tergiversando su imagen
10. Britney Spears
Ella fue un verdadero ícono en su época: un modelo a seguir, iniciando su estrellato en el Club de Mickey Mouse (1992) y teniendo los álbumes musicales más exitosos de una personalidad adolescente. El impacto que tuvo en la industria y en la cultura le ganaron en la prensa el apelativo de “La princesa del pop”, pero, claro, tras bambalinas, las cosas eran más sórdidas.
Luego de haber “tenido una recaída”, Britney fue puesta bajo tutela de su padre, Jamie Spears, “por su propio bien”. Luego se supo que, entre otras cosas, se le ordenó tomar drogas, incluido litio, para mantener su “humor y estabilidad mental”, aunque después la cantante levantó cargos criminales por ese “tratamiento”. Además, se ha vuelto un ícono por algo más que su producción artística: al liberarse de la tutela a la que fue sometida por su padre, sentó antecedentes jurídicos para que otras celebridades se puedan defender de medidas unilaterales de sus familiares y administradores.
11. Jennette McCurdy
Empezó su carrera actuando en MADtv a sus ocho años y posteriormente entró a la industria del cine, llegando a actuar con celebridades de la talla de Harrison Ford. Su presencia en cine, televisión y en publicidad hizo que su rostro fuera uno de los más reconocibles entre los jóvenes artistas de Nickelodeon. Sin embargo, luego de la muerte de su mamá (quién manejaba su carrera) en 2013, reveló el intenso abuso físico y emocional al que fue sometida por su madre. Jennette habló sobre el desorden alimenticio al que la indujo su madre y a los exámenes vaginales y de pecho que le realizaba contra su voluntad. Además, contó que la dejó bañarse sola hasta sus 17 años.
Mis más tempranas memorias de niñez son de pesadumbre y caos. Las emociones de mi mamá eran tan erráticas que era como caminar la cuerda floja a diario. Mi mamá siempre quiso ser una actriz famosa y se obsesionó con convertirme en una estrella. Solo el alejarme de ella (mi madre) me permitió recuperar la salud.
12. Shirley Temple
Si existe algún ejemplo paradigmático popular de “la estrella infantil”, ese sería Shirley Temple. A sus siete años, con estatus de superestrella, se convirtió en la insignia de la fusión de los estudios Fox y Twentieth Century en el nuevo conglomerado 20th Century Fox. En un momento dado, tenía su propio bungaló de lujo en el estudio, guardaespaldas, un sueldo enorme y un equipo completo de guionistas escribiendo exclusivamente material para ella, que resultó en una miríada de producciones que la tenían como protagonista.
A diferencia de otras estrellas infantiles, la tortura a la que fue sometida al inicio de su carrera (sometían a los niños que no “hacían bien su trabajo” a sentarse prolongadamente en un cubo de hielo, en un cuarto aislado, por ejemplo) fue menospreciada por ella, pues decía que le había enseñado disciplina. A muy temprana edad se dio cuenta del racismo imperante en la industria, pues su coestrella favorita, el bailarín Bill Robinson, era tratado despectivamente por la productora. Años después, refiriéndose a sus primeras producciones, diría que eran una “descarada explotación de nuestra inocencia (suya y de sus coestrellas infantiles)”.
13. Ariel Winter
La carrera de Ariel inició a sus tiernos cuatro años en cine y televisión. Parecía ir desarrollándose fácil y cómodamente, asegurándole rápidamente varios papeles. entre participaciones en series como Monk, Jerichom Bones, Mentes Criminales, Phineas y Ferb y, notablemente, Modern Family, así como actuaciones (principalmente de voz) en producciones como La era de hielo 2, Lluvia de hamburguesas, FFVII Avent Children y Meteoro: La película, todo parecía ir bien para actriz.
Sin embargo, la decisión de dedicarse a la actuación no vino de ella, sino de su madre, quien nuca pudo forjarse un nombre como artista. Ariel se refirió a la época en la que su madre manejaba su carrera como un capítulo realmente malo de su vida, pues la golpeaba, empujaba y cacheteaba. Además, abusaba de ella emocionalmente y no se le permitía hacer amigas porque “las mujeres son competencia”. Pero eso no es todo, la actriz recuerda haber sido sexualizada desde los siete años por la forma en que la vestían en las producciones.