Según una nueva encuesta de la empresa británica Currys PC World, la edad en la que una persona probablemente debería dejar de ir a los clubes nocturnos resulta ser mucho más joven de lo que se podría esperar, y a varios podría entristecer esta terrible noticia.
Según los encuestados, el 46 por ciento indicó que 37 es la edad que se vuelve trágica para salir de noche y acudir a los clubes nocturnos.
El 29 por cierto dijeron que todavía tienen una vida social activa, por lo que prefieren tener grandes noches en casa, viendo películas, cocinar o pedir comida a domicilio. Otro 14, dijo que su hobby favorito es acosar a la gente en Facebook, el 28 prefería entretenerse con videojuegos y un 17 por ciento se divertía cantando en casa con un karaoke.
La encuesta encontró datos curiosos que nadie esperaba, pues al parecer los 31 años es la edad en la que la gente comienza a preferir quedarse en casa a ver la televisión en pijama en lugar de salir.
Si bien cada uno tiene sus propias razones para querer ser un ermitaño el fin de semana por la noche, la encuesta encontró que las razones más comunes eran evitar:
- Tener resaca al día siguiente (29%)
- Vestirse para salir (22%)
- Contratar una niñera (12%)
- Pedir un taxi (21%)
- Batallar con los factores climáticos (14%)
Todo es totalmente válido y respetable, por lo que Matt Walburn, director de Marca y de Comunicaciones de Currys PC World, dijo:
El estudio reconoce el hecho de que llega un momento en que apreciamos nuestras comodidades domésticas más que una vida social agitada y que a menudo puede ser un obstáculo para jugar socialmente en las noches de fiestas. Ahora es casi imposible aburrirse en casa, con juegos de mesa y la última tecnología, como televisores 4K mejorando la experiencia interna, tanto que a menudo supera su equivalente ‘al aire libre’.
Lo que realmente pensamos es que no hay de qué preocuparse, si tienes más de 37 y aún eres atraído por los clubes nocturnos, ¡no dejes de hacerlo!, sal y diviértete sin importar el qué dirán. No dejes que nadie te diga que eres demasiado viejo para amanecer bailando y tomarte unas buenas copas.