Uno de los luchadores mexicanos por excelencia es El Santo. Su impacto cultural no solo se limita al mundo del deporte, también al entretenimiento, siendo una de las estrellas del cine nacional y una figura reconocida en el extranjero. El enmascarado de plata y su identidad fueron un misterio bien guardado por su creador, quien en pocos momentos de su carrera mostró el rostro bajo la máscara.
Este misticismo y tradición de guardar su identidad lo llevaron a convertirse en un ícono y una leyenda de la lucha libre. El Hijo del Santo, su descendiente, continuó con la tradición sobre el encordado, pero recientemente contó en una entrevista con Jordi Rosado cómo fue que Jacobo Zabludovsky traicionó a su padre mostrando su rostro en televisión nacional.
Durante el intercambio de preguntas en La entrevista con Jordi Rosado, el luchador habló sobre cómo se conoció públicamente la identidad de su padre, la que fue revelada en la historieta El Santo, el enmascarado de plata de José Guadalupe Cruz Díaz, quien, después de una disputa, editó la contraportada de un número con el texto: “Esta revista no tiene ninguna relación con Rodolfo Guzmán Huerta”.
Esa fue la primera vez que se reveló el nombre de El Santo, pero tiempo después, el luchador mostró brevemente su rostro en programas de televisión, como el del recientemente fallecido Ricardo Rocha o con el presentador Guillermo Ochoa. Según relata El Hijo del Santo, por respeto, el periodista no mostró una imagen congelada del rostro del luchador.
Sin embargo, en el programa Contrapunto, conducido por Jacobo Zabludovsky, el enmascarado de plata subió su máscara por unos segundos. Posteriormente, el metraje fue utilizado en el noticiero 24 Horas como una exclusiva que revelaba el verdadero rostro de El Santo. El atleta había enseñado brevemente el rostro para demuestrar que no tenía arrugas ni cicatrices, como se decía de él.
Mi papá cuando lo entrevistaban decía: ‘Yo no estoy arrugado ni pelón’. Con nuestro querido Ricardo Rocha, que acaba de fallecer, Ricardo lo invitó a un programa. Por primera vez se levantó el cierre y se levantó la máscara hasta media cara. Ricardo Rocha le dijo: ‘No puedo creer lo que acaba usted de hacer, pero por el respeto que le tengo jamás vamos a congelar esa imagen’.
—El Hijo del Santo