La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta importante en los procesos creativos actuales, pues se ha demostrado la capacidad que tiene para, en combinación con el talento de los programadores o las personas que dan indicaciones, crear imágenes, sonidos y animaciones con solo recibir unas palabras como material de base.
Sin embargo, a pesar de tener generadores poderosos, las imágenes generadas por inteligencias artificiales aún poseen inconsistencias en donde el espectador tienen la oportunidad de distinguir cuál es real y cuál es generada por la IA, en especial cuando se observan manos, bocas y objetos que interactúan con ellos.
Helen Power y Chris Boyle, de la productora Private Island, crearon con inteligencia artificial un comercial de una marca de cerveza ficticia llamado Sythetic Summer. Para ello involucraron sistemas como Stable Diffusion, Control Net, Midjourney, Runway y Gen 2 y otros elementos como actuación en vivo.
El resultado fue un típico comercial de cerveza con un grupo de personas festejando en el patio trasero de una casa. Cada individuo se divierte mientras bebe una botella de cerveza y se prepara una barbacoa y aunque el resultado parece algo tradicional, hay algo inquietante en las imágenes.
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Las bocas de los personajes se mueven de manera poco natural, las botellas cambian de forma a unas poco probables. Además, el fuego de las parrillas se convierte en grandes llamaradas propias de un incendio, más que ser la fuente calor para cocinar la carne.
Creo que es fascinante: cómo modificar nuestras percepciones y nuestro sentido del horror. Está ocurriendo una especie de falla cuasi-consciente. Se mete con la neurología de tu cerebro. Los significantes visuales están ahí para leer ‘felicidad’, ‘amistad’, pero hay una respuesta primaria en torno a su cableado de lucha o huida.
—Chris Boyle para ‘One Point Four‘