Estamos tan acostumbrados a las leyes de la acción y reacción, de la causa y el efecto, que de pronto olvidamos que tanto el azar como la simple coincidencia tienen la magia de producir eventos de forma muy increíble.
En la historia hay extraños sucesos que los expertos tratan de comprender encadenando causas y efectos, pero al final de todo su esfuerzo, parece que en realidad estos 10 eventos históricos tan extraños solamente se debieron a insólitas e inexplicables coincidencias.
1. Los hermanos Booth y la familia Lincoln
Edwin Thomas Booth era un reconocido actor y fundador del Teatro Booth en Nueva York. En la segunda mitad del siglo XIX estaba de gira en Europa y América presentando sus obras de teatro, y en 1864 estuvo en una estación de tren en Nueva Jersey, que estaba atiborrada de gente.
De pronto vio que un hombre que tenía cerca había caído en un espacio entre el andén y las vías. Edwin alcanzó a sujetar al hombre del cuello y lo sacó a tiempo para salvarlo de ser arrollado por un carro de tren. Sin saberlo, había salvado a Robert Lincoln. El giro extraño de esta historia es que justo un año después, en 1865, el hermano de Edwin, John Wilkes Booth, asesinó al padre de Robert, el presidente Abraham Lincoln.
2. El falso barco Carmania
La batalla entre los barcos RMS Carmania y el SMS Cap Trafalgar debe ser una de las más bizarras de la marina. Durante la Primera Guerra Mundial, el transatlántico Trafalgar fue convertido en un crucero del ejército alemán, que tenía la misión de destruir naves británicas mercantiles. Para que el Trafalgar pasara desapercibido entre las naves, lo “disfrazaron” del barco británico RMS Carmania, que curiosamente era una embarcación que también fue solicitada por el ejército, pero de Gran Bretaña, para el combate.
Después de un primer viaje sin éxito, el Trafalgar disfrazado volvió a la isla de Trinidad, en Brasil, para abastecerse de combustible. El destino hizo que en el camino se encontrara con el auténtico Carmania y ambos protagonizaron una batalla naval. Aunque ambos barcos sufrieron graves daños, el vencedor fue el verdadero Carmania. El Trafalgar se había disfrazado justo en el barco que acabó por destruirlo.
3. La profecía de Timur
Amir Timur, mejor conocido como Tamerlán, era un conquistador turco-mongol que vivió en el siglo XV y fundó el el Imperio timúrida en Persia y Asia Central. En 1941, tres antropólogos soviéticos descubrieron su lugar de eterno descanso. Cuando exhumaron el cadáver del antiguo gobernante Timur encontraron una amenaza que decía: “El que abra mi tumba desatará a un invasor más terrible de lo que yo fui”.
En su momento no se tomó en serio esta inscripción, pero solo tres días después, Adolf Hitler inició la Operación Barbosa y, con el ejército más grande del mundo, invadió a la Unión Soviética. ¿Coincidencia o profecía? A este raro hecho se le sumó la coincidencia de que en el año de 1942, Timur fue nuevamente sepultado, justo después de que los soviéticos consiguieran la victoria de la Batalla de Stalingrado.
4. El primer intento de asesinato a un presidente
En 1835, el séptimo mandatario de Estados Unidos, Andrew Jackson, asistió al funeral del congresista Warren. R. Davis en Carolina del Norte. El presidente no lo sabía, pero durante semanas el pintor Richard Lawrence lo había seguido y estaba escondido tras un pilar para asesinarlo.
Cuando Andrew se acercó lo suficiente, el atacante se le puso enfrente, sacó una pistola de entre su ropa, apuntó y jaló del gatillo. Sin embargo, el arma se atascó. Richard sacó otra pistola para matar al presidente, pero esta también falló.
El presidente Jackson aprovechó su suerte y se abalanzó sobre el pintor para golpearlo a bastonazos. Andrew estaba fuera de sí y una multitud tuvo que detenerlo para que él no matara a su atacante. Lo extraño fue que después probaron las pistolas y ambas funcionaron perfectamente.
5. El mensaje de una moneda falsa
En 1953, un repartidor del periódico Brooklyn Eagle notó que una de las monedas con la que le habían pagado era más ligera que las demás. Al examinarla, descubrió que era falsa y escondía un pequeño microfilme con 207 grupos de cinco dígitos. En ese momento, la Guerra Fría estaba en su cúspide y esa información terminó en manos del FBI.
El buró de investigación nunca pudo descifrar el código y tuvo que pedirle ayuda al agente Reino Häyhänen, un desertor que abandonó la KGB en 1957. Él les proporcionó las claves que necesitaban y, al final, se dieron cuenta de que el mensaje era una bienvenida e instrucciones de operación dirigidas justamente al agente Reino antes de su deserción.
6. El hermano perdido de Sacajawea
Esta exploradora pertenecía a la tribu Lemhi Shoshone en Idaho, Estados Unidos, y cuando apenas tenía 12 años fue robada de su aldea. Terminó siendo la esposa de Toussaint Charbonneau, un trampero de Dakota del Norte, y a los 16 años, ella y su marido se unieron a la expedición de los capitanes Meriwether Lewis y William Clark.
En 1805, los exploradores encontraron otra tribu Shoshone y trataron de llegar a un acuerdo con ellos para obtener caballos que necesitaban en su travesía por las Montañas Rocañosas. La negociación iba mal, hasta que Sacajawea descubrió que el líder de ese grupo era Cameahwait, su hermano perdido.
Este reencuentro fue descrito por los exploradores como un festejo muy emotivo y, al final, no solamente obtuvieron los caballos que pedían, también provisiones y la ayuda de otros guías nativos.
7. La superstición al número 13
Mucha gente le teme a los gatos negros o a pasar por debajo de una escalera por considerarlos símbolos de la mala suerte, pero solamente el compositor y pintor austríaco Arnold Schönberg le tenía un inusual pavor al número 13. Él padecía lo que modernamente conocemos como triscaidecafobia.
A pesar de haber nacido precisamente un día 13 de septiembre de 1874, Arnold le tenía tanto miedo a ese número que incluso cuando tenía que usarlo le decía 12A. En 1950, un astrólogo le advirtió que ese año debía ser todavía más cuidadoso porque cumpliría 76 años (7+6=13). Aunque hizo caso de la advertencia, el viernes 13 de julio de 1951 murió inesperadamente.
Ese viernes, Arnold se quedó todo el día en cama, temiendo que algo malo le pasara. Pero todo un año de estrés y miedo habían mermado su salud, así que ese 13 de julio murió 15 minutos antes de la medianoche.
8. Banderas iguales
Los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín fueron muy extraños porque en ese momento los nazis estaban al mando y muchos atletas no pudieron participar por ser judíos. Sin embargo, otro detalle peculiar fue que el país europeo de Liechtenstein se dio cuenta de que su bandera era igual a la del país caribeño Haití.
En realidad, Haití solo estuvo presente durante la apertura de los Olímpicos, pero al notar la igualdad de sus banderas, Liechtenstein le agregó una corona para diferenciarla. Por su parte, el país caribeño agregó su escudo nacional dentro de un rectángulo blanco.
9. Una vuelta desató la Primera Guerra Mundial
El archiduque Francisco Fernando de Austria era el objetivo principal de la sociedad secreta Black Hand y el 28 de junio de 1914, él y su esposa fueron atacados por Nedeljko Čabrinović, quien les arrojó una granada mientras viajaban en automóvil. Por suerte, los miembros de la realeza sobrevivieron al atentado, pero muchas personas resultaron heridas.
El ataque sucedió en la mañana y después de descansar, el archiduque y su esposa desearon ir al hospital para visitar a los heridos. Debido precisamente a la explosión de la granada, las rutas de las calles por las que debían ir cambiaron y los conductores lo supieron hasta que estaban en camino.
Al darse cuenta del cambio de ruta, dieron vuelta para corregir el rumbo, pero esto causó que los autos tuvieran que detenerse un momento. Fue entonces cuando otro miembro de Black Hand, Gavrilo Princip, aprovechó para llegar hasta el archiduque y su esposa, y asesinarlos a tiros. Esta muerte desató la guerra entre Austria-Hungría y Serbia, un conflicto que se convirtió eventualmente en la Primera Guerra Mundial.
10. La maldición de Tippecanoe
William Henry Harrison estuvo involucrado en la llamada Batalla de Tippecanoe antes de ser elegido como el noveno presidente de Estados Unidos en 1840. En esa lucha, él era el gobernador del territorio de Indiana y se enfrentaba a una confederación de tribus nativas lideradas por Tecumseh y su hermano Tenskwatawa, también conocido como “El Profeta”.
Cuando las tribus perdieron la pelea se dice que “El Profeta” lanzó una maldición sobre Harrison y los futuros presidentes estadounidenses que fueran elegidos en fechas similares. Aunque podría ser realmente solo una teoría, el hecho es que durante 120 años, los mandatarios que fueron elegidos en fechas con múltiplos de 20 murieron asesinados o en circunstancias extrañas.
Esta regularidad macabra fue llamada la maldición de Tippecanoe y en ella se cuentan las muertes de Abraham Lincoln elegido en 1860; James A. Garfield de 1880, William McKinley de 1900, Warren G. Harding elegido en 1920, Franklin D. Roosevelt de 1940 y la de John F. Kennedy electo en 1960.