A Coco le diagnosticaron cáncer a los ocho años de vida, y su humano, Symon Spencer, hizo que sus últimos días fueran los mejores de su vida. Su dueño estaba devastado cuando le dieron la noticia de que su perrita tenía tumores cancerígenos en su hombro derecho y sólo le quedaban seis semanas de vida.
Sin embargo, no lo pensó dos veces y creó una lista de deseos para que disfrutara de estos días, entre ellas: correr por la playa, comer un gran pedazo de carne en un restaurante y compartir un helado.
Además, Coco disfrutó de una Big Mac, paseó en un helicóptero, montó un carro policíaco, e incluso conoció al veterinario Noel Fitzpatrick.
Symon, quien trabaja para la compañía First Great Western, dijo que él y su pareja, Theresa Clancy, se encontraban tristes por el diagnóstico, Spencer dijo:
“Lloré un poco cuando me enteré y le pregunté al doctor el tiempo que le quedaba de vida. En mi mente, pensé que me diría que alrededor de 12 meses, pero en su lugar, me dijo que le quedaban pocas semanas. Estaba devastado.”
“Tan sólo la semana anterior nos había dicho que tal vez tendría un poco más de tiempo – un mes- pero todos los perros son diferentes y es difícil decir”
Spencer, de Farnborough, Hampshire, añadió:
“Me pasé todo el fin de semana llorando después de recibir la noticia. Los perros son muy inteligentes, y pueden percibir las emociones de sus dueños y adoptarlas, así que ella se sentía triste también. Pensé ‘tenemos que salir de esta’. Se nos ocurrió la idea de la lista de deseos en ese mismo fin de semana. Quisimos hacer de los últimos días de Coco los mejores.”
Ellos hicieron de todo, dar un paseo por la playa, comer pescado y papas fritas, nadar en una alberca, pasear en tren, visitar a los bomberos, ir al trabajo de sus dueños, pasear en un carro convertible, entre otras cosas que Coco disfrutó al máximo.
Finalmente al rottweiler le recetaron analgésicos para el dolor, y pudiera estás un poco más cómoda. Sin embargo, el día 5 de mayo finalmente murió. Spencer dijo:
“Estaba agonizando y necesitaba de muchos analgésicos para aguantar. Cuando dio su último aliento, la besé y abracé todo el tiempo. Ahora me siento vacío.”
No cabe duda que esta es una bella historia con un triste final, descanse en paz, Coco.