Quien creció durante los noventa podrá recordar e incluso repetir varias de las líneas de Los Simpson a la perfección, porque no sólo fuimos de la mano de esta típica familia estadounidense, sino que sus capítulos son parte de la filosofía moderna, de la cultura colectiva a la cual todos acudimos cuando queremos dar un ejemplo de alguna situación.
Sin embargo, hablar de esta serie de dibujos animados, siempre es hablar del momento en que la serie se fue al carajo. Muchos dicen que Los Simpson eran mejor antes y que ahora ya son muy aburridos. Puede que esto sea cierto que, con el paso del tiempo, la serie se ha desgastado y mientras la animación cada vez tiene mejor calidad, el libreto, la crítica social y los chistes van perdiendo fuerza.
Pero, ¿se puede nombrar el momento exacto en el que empezaron a perder gracia? ¿Cuál es el capítulo en que todo entró en declive? Para muchos, esto fue cuando cambiaron las voces originales de los personajes en Latinoamérica. Sin embargo, tenemos que regresar un poco más, pues ya desde antes se podía oler que algo no estaba bien con la serie.
Los fanáticos marcan el periodo de la temporada tres a la ocho como la era dorada de Los Simpson, con capítulos que, no importa cuántas veces hayas visto, siempre que te los topas en el zapping, te detienes a verlos, repites de memoria los diálogos y te vuelven a dar risa, como la primera vez.
Pero, si nos ponemos a marcar un punto exacto donde el programa empezó a irse por el retrete, esto es cuando empezaron con las inconsistencias en la historia, con giros que no cuadraban con la línea de los personajes, a jugar con la memoria del espectador, cuando se puede ver nuestro corazón rompiéndose, junto con el de Rafa Gorgory…
Fue el capítulo dos de la temporada nueve, The Principal and the Pauper, emitido el 28 de septiembre de 1997, que en Hispanoamérica lleva el título Vida Prestada. En este episodio el director Skinner resulta ser un impostor. Su nombre real es Armando Barreda, un soldado rebelde compañero del verdadero Skinner, quien al regresar de la guerra usurpa la vida del director.
Este episodio es el menos favorito de muchos de los fans, productores, guionistas e incluso artistas de doblaje. Todos están de acuerdo que la trama fue tramposa y ofendió a la audiencia, pues se rompe con la idea bien definida de un personaje.
Inclusive, en el DVD de la temporada nueve, Matt Groening, creador de esta familia, dice que no es uno de sus capítulos favoritos. Sin embargo, en vez de dejar este tipo de giros inesperados a un lado, a lo largo de las emisiones siguientes, las inconsistencias fueron en aumento y la serie empezó a temblar más que la panza de Homero.
Harry Shearer, quien da la voz a Skinner y a muchos otros habitantes de Springfield, como Ned Flanders, menciona lo que dijo tras ver el libreto de ese capítulo:
“Esto es muy malo. Tomamos una inversión que la audiencia ha construido en ocho o nueve años y lo aventamos a la basura, sin ninguna buena razón, más que otra historia que ya hemos hecho antes con otros personajes. Es tan arbitrario y gratuito, que es irrespetuoso con la audiencia”.
Como lo dice Shearer en otra entrevista, es castigar a la audiencia por poner atención. Y los fans de Los Simpson son muy atentos. Para ellos, esta serie no es una caricatura más, es una religión y cada capítulo es un versículo de la biblia a la que se le repasa para entender más a profundidad a esta familia. Pero qué pasa si la historia carece de consistencia y hay puntos que no coinciden.
Ahora, Los Simpson van por la temporada 28. Con más de 600 episodios al aire, se rumora que la serie durará hasta la temporada 30, sin embargo, se acercan más y más a un declive. Habrá que rogar para que los productores le pongan ganas a los nuevos capítulos y hagan de esta caricatura lo que era en un principio: el diario de una típica familia estadounidense de clase media, con toneladas y toneladas de chistes, frases y escenas para recordar por la eternidad.