Un autista que acudía a un gimnasio en Londres fue criticado y catalogado como “estúpido” por un instructor, quien lo humilló al darle ese calificativo enfrente de los demás asistentes del lugar.
Sin embargo dicen que quien ríe al último ríe mejor, y ahora el chico le demostró al instructor que no es para nada estúpido, pues estudió leyes por su cuenta, se representó a sí mismo en la corte y obtuvo la victoria.
La situación se presentó cuando Ketan Aggarwal, de 30 años, de Southall, en el oeste de Londres, se quejó de que la música era demasiado lenta durante una clase a la que asistía en el gimnasio ‘Virgin Activa Stockley Park’. Indignado, el instructor le contestó “No me digas cómo hacer mi trabajo, estúpido”, delante de una clase con 30 personas.
El chico se sintió frustrado ante tal reacción e inmediatamente se dirigió ante la gerencia del lugar para presentar su queja; sin embargo se negaron a imponer algún tipo de castigo para el instructor.
Comprensiblemente no satisfecho por la injusta situación, Ketan amenazó con llevar el caso ante los tribunales por el delito de discriminación por discapacidad. Pero no solo decidió buscar una demanda legal contra el club, sino que decidió ir un paso más allá y representarse a sí mismo, mostrando a la gente del gimnasio lo “estúpido” que era.
Ketan, que trabaja como administrador, tomó libros prestados de la biblioteca y buscó artículos sobre la discriminación, con el objetivo de preparar su caso.
Al final todo resultó en un triunfo para él, ya que ganó el caso y a Virgin Activa se le ordenó pagar una suma de 24o dólares en costos y 1,500 en modalidad de compensación por lo ocurrido con una disculpa adjunta.
Ketan dijo:
“Me llamó estúpido dos veces. Llamar a alguien así con una discapacidad mental es similar a burlarse de un chico en una silla de ruedas. Si yo fuera tan estúpido no habría sido capaz de perseguir con éxito la demanda contra un abogado de una compañía de miles de millones de dólares. Tardé dos años, y fue un trabajo duro.
No soy un profesional de lo legal y tuve que hacer una gran cantidad de papeleo. Tuve que vivir a la biblioteca, buscar sobre leyes en los libros, y obtener plantillas en Internet para presentar el papeleo. Sin embargo, valió la pena. No se trataba del dinero, sino de principios”.
El incidente inexcusable ocurrió en la sucursal Virgin Active Stockley Park, en Uxbridge en mayo de 2015 y la resolución se dio hace unos días. La sentencia decía de forma textual:
“Se ordena que el demandado considere la modificación de su formación en materia de igualdad para el personal y los consultores, y que considere la posibilidad de modificar su formulario de solicitud de adhesión a fin de incluir las condiciones no físicas”.
Ketan estaba anonadado por su victoria, diciendo que “se sentía increíble”. Un portavoz de Virgin Active dijo:
“Queremos que todos se sientan bienvenidos en nuestros clubes de salud. Lamentamos mucho que uno de nuestros miembros haya tenido una experiencia negativa”.
Ketan debe estar enormemente orgulloso del hecho de que por sí solo se las arregló para dar un golpe de vuelta a la gran empresa. Ciertamente demostró que para nada es “estúpido”.
La discriminación es inaceptable en cualquier nivel y también lo fue el comportamiento del instructor, independientemente de si alguien tiene una discapacidad o no, humillar a una persona, cualquiera que sea su condición, es absolutamente detestable.