Además de los estudios, si eres un arquitecto, debes desarrollar tu buen gusto y, claro, que este logre adaptarse a las exigencias del cliente, de lo contrario, ese edificio que estaba pensado para ser una joya terminará siendo un monumento al ridículo.
A continuación te dejamos con 25 construcciones que no sabemos a quién se le ocurrió que fueran así, pero que son muy raras y pasan esa delgada frontera que separa la genialidad de lo que es absurdo. Lo malo para los arquitectos es que son parte de su carta de presentación.