El cerebro es una de las cosas más complejas de la naturaleza, pero así como nos da una gran ayuda estas son las 10 formas en las que el cerebro nos juega trucos.
Keith Blanchard es el ex jefe editor de la revista Maxim y al dejar el trabajo editorial necesitaba un descanso para su cerebro. Irónicamente, el descanso fue hacer una investigación acerca de cómo funciona esa masa pegajosa dentro de la cabeza llamada cerebro.
Keith se dedicó entonces a charlar con los expertos en el tema; desde científicos, investigadores hasta músicos y jugadores profesionales de póker, Keith reunió todas esas experiencias y las publicó en su nuevo libro It’s All in Your Head (Todo está en tu cabeza).
Pero lo que descubrió lo dejó sorprendido. Se dio cuenta de que el cerebro es una parte muy importante para nuestra vida, pero que también nos juega trucos, nos engaña y lo que hace no es siempre bonito. Estas son 10 cosas que tu cerebro hace y no son agradables:
1. Habituado a los hábitos
El cerebro está acostumbrado a repetir patrones, le gusta la repetición y a eso lo llamamos recordar. Lo malo es que el cerebro también decide qué cosas le gusta repetir y cuales no. Seguramente no le gusta repetir las caídas y otros accidentes de una borrachera, pero sí le gusta repetir la sensación de alegría de estar borracho.
2. Hace que mentir sea difícil
Mientras tú quieres decir una blanca mentira, tu cerebro no está tan de acuerdo y envía señales de nerviosismo que te delatan. Podrás tener la mentira perfecta, pero el cerebro hace que sudes, que muevas demasiado tus manos o que desvíes la mirada de manera inconsciente.
Para los jugadores profesionales de póker, su cerebro es su peor contrincante porque además de estar atentos a las cartas tienen que estar atentos a sus reacciones.
3. Es un adicto en tu cabeza
Las personas comen chocolate, beben cerveza, comen alimentos muy picantes y ayudan a personas mayores a cruzar la calle pensando que lo hacen por gusto. Pero en realidad lo hacen para mantener la adicción a la dopamina de sus cerebros.
4. Solo cree que tiene una buena memoria
Pero en realidad no es así. Aunque algunos piensen que el cerebro es parecido a una computadora que guarda todos los archivos que puede, el cerebro no “guarda archivos nuevos”, sino que la información nueva la almacena sobre otra información que ya tenía.
5. Es un miedoso
Tú podrás pensar que eres un macho valiente y que nada te asusta, pero tu cerebro no es igual. El cerebro no sabe distinguir una amenaza real de un tipo con una tonta máscara de payaso que salta frente a ti.
6. Es fácilmente engañado
Los magos y otros especialistas de la ilusión nos han enseñado que nuestro cerebro tiene muy pocas habilidades para reunir mucha información y procesarla para darnos una “imagen” correcta del mundo. Lo que vemos es como una película que siempre está en trabajo de edición corrigiendo errores.
7. No sueña
Esto quiere decir que el cerebro nunca se duerme, siempre está activo. Pero al estar dormidas, las personas no tienen tantos estímulos sensoriales, especialmente visuales, así que el cerebro se encarga de construir imágenes con el material que tenga disponible.
8. Suele ignorar muchas cosas
Es que tiene que manejar mucha información, así que mejor deja pasar algunas cosas sin prestarles atención. No es que el cerebro no se de cuenta de lo que está pasando, pero es caprichoso y solamente selecciona lo que le conviene procesar ¿para qué ponerle atención al tráfico si hay una chica bella pasando junto a nosotros?
El cerebro tiene sus prioridades.
9. Te hace creer que eres multi-tarea
Pero no lo eres. El cerebro te da la sensación de que puedes hacer muchas tareas al mismo tiempo, como estar leyendo esto y poder escuchar música; pero al parecer tu cerebro está procesando una cosa a la vez, aunque lo hace tan rápido que da la ilusión de que hace muchas cosas al mismo tiempo.
10. Te matará si siente que ya no hay más qué hacer
Suena tétrico pero los estudios han mostrado que la creencia de que la falta de sangre hace que el cerebro se apague es incorrecta. Lo que pasa es que el cerebro decide que la sangre deje de circular cuando siente que no va a sobrevivir ante un evento.