La buena voluntad del vecindario, el talento de un par de arquitectos y el apoyo de todas las personas que quieren ayudar es lo que se necesita para darle a este anciano abandonado un nuevo hogar.
Don Amando Esquivel Porras tiene 87 años de edad, padece diabetes y trata de sobrevivir con los 2,500 pesos mexicanos que recibe de pensión cada dos meses. Vive en un pequeño cuarto que él mismo edificó en la colonia Ampliación Valle La Rosita en Torreón, Coahuila, pero en esta temporada invernal su situación se ha vuelto muy mala.
Pasa los días postrado en su cama, cubierto con cuatro cobijas que no son suficientes para calentarlo y no se alimenta bien por falta de recursos. Las personas que viven en la misma colonia lo llaman “El Abuelo” y tratan de ayudarlo. Cuando conocieron su caso, un par de profesionales de la construcción decidieron apoyarlo para que tenga una vivienda digna.
Los arquitectos Amaury Pérez y Cristian Javier Ferrera pusieron manos a la obra para diseñar una pequeña casa para este hombre solitario. Ellos lo visitaron y platicaron con él para conocer sus necesidades y juntos echaron a andar el proyecto llamado “La Casa Del Abuelo”, que será construida en el mismo espacio pero aprovechándolo al máximo.
Amaury y Javier coordinan esta construcción y divulgaron la situación de don Amando en las redes sociales para pedir ayuda. Los arquitectos explicaron que las donaciones pueden ser tanto de material para edificar la casa como aportaciones económicas para la mano de obra. También se puede ayudar llevando despensa para este anciano. Estos profesionales saben que su deber es ayudar a quien puede necesitar su talento.
Estamos por comenzar con la construcción de este proyecto sin fin de lucro, contamos con gente dentro de la misma comunidad que nos podrán apoyar con alguna parte de la mano de obra para ayudar a construir La Casa Del Abuelo entendiendo esto como un trabajo participativo y multidisciplinar, en donde tanto yo como el arquitecto Cristian Ferrera entendemos que nuestra profesión es un acto de servicio que tiene como fin único elevar la calidad de vida de quien las habita.
—Amaury Pérez, arquitecto
El proyecto llamó la atención de los usuarios de internet y ya existen grupos de redes sociales en donde los arquitectos coordinan todo el apoyo que están recibiendo para ayudar a don Amando.
La vida de las personas puede mejorar cuando existe el deseo de ayudar y una buena organización. Estos arquitectos se han ganado un aplauso de respeto y esperamos que don Amando pueda pronto estrenar su nueva casa.