Estamos viviendo momentos estresantes actualmente, ya sea en la vida hogareña, el trabajo, las relaciones o las tareas pendientes y a eso súmale la pandemia; es completamente entendible que te sientas abrumado.
Sobre todo ahora que estamos viviendo repuntes en contagios y muertes debido al coronavirus, muchas personas en todo el mundo se sienten preocupados, tanto así que está comenzando a afectar nuestra salud mental, pues el estrés excesivo o inmanejable puede afectarnos física y mentalmente, provocando problemas más fuentes, como depresión y ansiedad.
Muchas personas no saben cómo identificar indicadores de estrés, ya que estos se presentan de manera distinta y muchas veces los pasamos por alto. El día de hoy traemos a ustedes una lista de comportamientos y factores que pueden indicar estrés, así como algunos consejos para sobrellevarlo.
1. Sentirse irritable o impaciente
Es natural sentirse frustrado cuando las cosas no salen como uno espera o se está cansado, pero si el sentimiento de impaciencia o irritabilidad es persistente puede ser un indicador de estrés, especialmente si no parece haber una causa real para tu mal genio. Si te molestan cosas pequeñas, te sientes inquieto e incapaz de relajarte, intenta practicar ejercicios de respiración o de atención plena o intenta imaginarte a ti mismo en un lugar sereno.
2. Te resulta difícil tomar decisiones
Cada día está lleno de decisiones, desde que te levantas hasta que te acuestas, tienes que elegir qué desayunar, por cual ruta dirigirte al trabajo, cómo manejar tus relaciones personales, entre otras cosas. Muchas de estas elecciones a menudo se toman sin pensarlo mucho, pero si de repente te encuentras batallando por decidir entre una u otra cosa, puede ser porque tu mente esté preocupada por un tema que te tiene intranquilo.
Tal vez decidir entre cereal de chocolate o integral no te afecte en tu día, pero si es una decisión grande la que está causando el estrés, puede valer la pena tomarte un tiempo para pensar más a fondo en el asunto y concentrarte en ello antes de que comience a afectar en otros aspectos de tu vida.
3. Morderte las uñas
Si eres de los que muerde sus uñas en vez de cortarlas, probablemente esto no aplica en ti, pero si comienzas a morder tus dedos siendo que antes los cuidabas, es un cambio en tu comportamiento que definitivamente podría indicar estrés.
La cosa es que morderse las uñas es fácil de hacer de manera inconsciente, especialmente si estás distraído mirando la tele o revisando tu teléfono. Es posible que al principio no notes que lo estás haciendo, pero intenta reconocer signos como ese para ayudar a identificar cuando estés estresado por algo.
4. Pellizcar o rascar fuertemente tu piel
De manera similar a morderse las uñas, el pellizcar tu piel también es una forma de ocupar tus manos mientras tu mente está en otra parte, probablemente pensando en lo que sea que te tenga estresado. Estos dos comportamientos (morder las uñas y pellizcar) van de la mano con la sensación de inquietud e indican que probablemente no podrás concentrarte realmente hasta que te enfrentes a la fuente de tu estrés.
Siempre es recomendada la actividad física, preferiblemente al aire libre, para ayudar a lidiar con el estrés, así como para pasar tiempo en la naturaleza. Tomarse el tiempo para salir y hacer ejercicio es particularmente importante durante el encierro, ya que puede ayudar a restaurar la sensación de normalidad y recordarte que hay vida más allá de las paredes de tu hogar.
5. Apretar la mandíbula o rechinar los dientes
Apretar la mandíbula es una de esas cosas que no notas que estás haciendo hasta que tomas la decisión de detenerte. Es posible que no notes que te duele la mandíbula mientras haces fuerza al apretarla, y sientas un alivio indescriptible cuando la relajas, sin embargo, en muchas de las ocasiones no podrás identificar cuando comenzaste a hacerlo.
Apretar o rechinar los dientes puede ocurrir mientras duermes, lo que desafortunadamente está fuera de nuestro control. Sin embargo, es un indicador de estrés, por lo que debes intentar averiguar qué es lo que te pone ansioso para evitar que lo sigas haciendo.
6. No puedes concentrarte
Puede que estés sentado frente a la tele o dándole una repasada al Instagram cuando de repente “vuelves en sí” y te das cuenta que no pusiste atención a nada de lo que estabas haciendo. Puede que tu mente divague en el trabajo o que a menudo te alejes de las conversaciones con amigos y familia.
Si bien, es posible que lo que estés diciendo no sea tan interesante, también es posible que tu mente te siga recordando ese tema que aún no has resuelto. Para estos casos, lo mejor que puedes hacer es ajustar la forma en que organizas tu tiempo, esto te ayudará a sentirte más en control de tus tareas y pendientes. Te recomendamos hacer listas, abordar una sola cosa a la vez y realizar una por una tus tareas diarias.
7. Estás comiendo demasiado o de menos
Esto no se trata de no poder resistirte a comer, sino que te encuentras haciéndolo de manera inconsciente y constante, sin poder frenar la idea de otro bocado a pesar de ya haber comido demasiado. Esto podría sugerir que tu mente ha tomado el control de tu estómago y está causando estragos en tu apetito. También se da al revés, es decir, te encuentras tan clavado en tus problemas que olvidas por completo hacer tus comidas a tiempo y lo dejas pasar, afectando tu rendimiento.
Estar físicamente saludable va de la mano con estar mentalmente bien, por lo que es importante procurar comer algo nutritivo que te ayude a estar alerta y te permita enfrentar cualquier desafío mental o físico. Realizar actividad física también aumentará tu apetito y te ayudará a despejar tu mente.
8. Te sientes nervioso o asustado
Cuando tienes esa sensación de preocupación o pavor que te revuelve el estómago, pero no sabes exactamente porqué, podría indicar que estás bajo estrés por alguna razón importante. Esta sensación puede afectar tu apetito y te hace tener dificultad para concentrarte. Lo mejor es abordar la fuente de ese estrés e intentar darle fin de una vez por todas. La práctica de ejercicios de respiración puede ayudar a erradicar el nerviosismo.
9. Tienes dificultad para dormir o te despiertas en la noche
Lo sé, a mí también me molesta el sentir que tengo mucho sueño, ir a dormir y, tan pronto como mi cabeza golpea la almohada, comenzar a darle vueltas a tareas y pendientes que debo realizar, mensajes que olvidé responder y todas las cosas vergonzosas que hice alguna vez en mi vida. A la vez, es imposible no sentirte ansioso por pensar que no dormirás lo suficiente, lo que agrega otra preocupación a la lista. La falta de sueño puede hacer que te sientas cansado e incapaz de concentrarte, lo que posteriormente afectará tu vida cotidiana y provocará más problemas.
Escuchar música puede distraerte de esos pensamientos preocupantes. Hacer una lista de tareas pendientes también puede ayudarte a organizar tus pensamientos y te permitirá sentirte menos abrumado.
10. Sufres de dolores de cabeza
Los dolores de cabeza pueden ser causados por varios factores, por lo que puede ser fácil pasar por alto aquellos causados por el estrés. Sin embargo, es importante recordar que son un indicador de preocupación subyacente. Este sentimiento puede deberse a que intentas pensar varias cosas a la vez o de manera profunda un tema que te preocupa.
Al mismo tiempo puede parecer como si todos tus pensamientos estuvieran dando vueltas y no pudieras enfocarte solo en uno, lo que lleva a una sensación de carga y pesadez en la cabeza. Enfoca tu atención en una tarea a la vez e intenta no hacer demasiadas cosas que puedan abrumarte.