Hay actividades de nuestra rutina que hacemos de forma tan cotidiana que con el tiempo se vuelven automáticas, pero no todas son buenas y algunas de hecho llegan a ser verdaderos obstáculos que debemos superar.
La mayoría del tiempo no nos damos cuenta de que ciertos hábitos están afectando nuestra vida a largo plazo, y un claro ejemplo se puede ver en el trabajo. Las malas rutinas pueden impedir que explotemos al cien por ciento nuestro potencial y también reducen nuestra productividad.
Los malos hábitos nos hacen lentos, quitan tiempo y además afectan nuestra creatividad y desempeño. El primer paso para eliminarlos de nuestra vida es reconocerlos y estos son los nueve que debemos eliminar en cuanto antes para mejorar en nuestros trabajos.
1. Navegar impulsivamente en internet
Vivimos en una era digital en la que siempre debemos estar conectados con todo el mundo y para eso existen internet y las redes sociales. Sin embargo, navegar en la web se puede volver un hábito que hacemos en automático, aunque no tengamos ningún propósito específico para hacerlo, como buscar algún dato necesario o resolver un problema.
En promedio nos toma alrededor de 15 minutos lograr enfocarnos en una tarea, y estar revisando las redes (o el celular) hace que pierdas la atención y tardes en volver a concentrarte.
2. Perfeccionismo
Aunque todos tratamos de hacer nuestro mejor esfuerzo y entregar un trabajo de calidad, en ocasiones nos excedemos un poco en querer que las cosas sean perfectas. Hay personas que después de terminar algo creen que está mal, lo recomienzan desde cero y en eso se pierde mucho tiempo. Es mejor modificar algo para que sea excelente, a tener que volver a empezar todo de nuevo.
3. Reuniones
La triste realidad es que pasamos mucho tiempo en juntas que bien podrían resolverse a través de otros medios. Si está en nuestras manos resolver una situación y creemos que necesitamos reunir a un equipo, debemos pensar en que todos también están haciendo su trabajo, así que una junta debe ser totalmente indispensable. De lo contrario solamente estaríamos perdiendo nuestro tiempo y el de los demás.
4. Responder mensajes de inmediato
Una persona productiva sabe organizar sus tareas en horarios específicos y revisar los mensajes es una labor que también debe tener su momento del día. Algunas personas tratan de responder los mensajes y correos electrónicos en cuanto llegan, pero esto significa —nuevamente— que pierdan la concentración sobre lo que estaban haciendo.
A menos de que se trate de una emergencia, lo ideal es programar un momento del día para revisar el correo electrónico, redes sociales y mensajes para responderlos todos.
5. Volver a dormirse
Cuando nos vamos acostumbrando a un horario, nuestro reloj biológico crea un ciclo que nos ayuda a estar alerta y preparados para levantarnos. Sin embargo, a veces se adelanta un poco y es cuando nos despertamos antes que suene la alarma.
Lo usual es que solo nos giramos y tratamos de volver a dormir, pero estos últimos ‘cinco minutitos’ a la larga producen una falta de alerta en la actividad cerebral. Así que debemos hacer un esfuerzo por levantarnos siguiendo el ciclo de nuestro reloj de sueño.
6. Multitarea
Nos han vendido la idea de que hacer varias cosas a la vez es una forma de aprovechar mejor el tiempo. Sin embargo, estudios de la Universidad Stanford confirman que las personas que tienden a ser multitask o ‘multitareas’ hacen más cosas pero con menos calidad, pues no logran organizar bien toda la información que están procesando. Lo mejor es hacer una cosa a la vez, concentrarse en terminarla y luego seguir con otra.
7. Dejar lo difícil al último
Durante la mañana nuestro organismo está descansado y tiene un mejor rendimiento, pero conforme el día avanza nos fatigamos y perdemos eficiencia. Lo malo es que algunas personas dejan para lo último las tareas más difíciles y no logran resolverlas bien, pues ya están cansadas. Postergar lo complicado es una pésima idea pues nos tardaremos más tiempo en terminarlo. La recomendación es obvia: comienza por lo difícil lo más temprano que se pueda.
8. Abusar del azúcar
La glucosa es ‘la gasolina del cerebro’ y la necesitamos para que nuestro organismo completo funciones bien. Sin embargo, también en exceso es perjudicial y provoca falta de concentración. Aunque nos encante comer algún postre, dulce o refresco para ‘despertar’, la realidad es que la liberación de glucosa de estos productos es rápida y solo dura poco tiempo en el cuerpo.
9. Combinación de malos hábitos
Si de por sí cada uno de los puntos antes mencionados afectan la productividad, ahora imaginen una mezcla de algunos o de todos. Quizá postergamos tareas difíciles y abusamos del azúcar, o navegamos impulsivamente en internet después de una tarde de reuniones innecesarias. Dos o más de estos malos hábitos son la peor combinación para nuestro desempeño.
Eliminar los hábitos es algo difícil pues son cosas que hacemos casi sin pensar, pero ahora que los conocen (y seguramente se sintieron identificado con alguno) es buen momento de empezar a cambiarlos.