Si eres de los que comenzaron el año diciendo “año nuevo, vida nueva” y entre tus propósitos está el dejar de beber, haces bien; verás, este chico descubrió el daño que el alcohol y el café le hacían a su cuerpo y cambió de hábitos, sus descubrimientos son muy interesantes.
Conoce a Tobias van Schneider, un neoyorquino que no ha tocado una gota de café o alcohol durante 27 meses. Tobias documentó su azaña en su blog personal y su publicación se ha hecho viral.
Resulta que desde que decidió cortar el café y el alcohol de su vida, Tobias ha sentido los beneficios: en su salud, felicidad y bolsillo.
Tobias escribe que ha ahorrado cerca de 33 mil dólares gracias a su pequeño experimento, con un estimado de 1.300 dólares cada mes. Mientras más dinero ahorrado son menos las preocupaciones que lo mantienen despierto por la noche, así que, además, notó una drástica diferencia en su calidad de sueño cuando dejo de tomar.
“Eliminar el alcohol de mi dieta aumentó drásticamente la calidad de mi sueño. Y no estoy hablando de quedarme dormido, pero la calidad del sueño real. Seguro que te duermes más fácil con 1-2 vasos de cerveza o vino, pero la calidad de sueño real podría sufrir. Duermo mejor, y me despierto con más energía”.
Tobias asegura que en últimas fechas sentía que sus mañanas eran más pesadas, aún si sólo bebía dos cervezas la noche anterior.
Además, añadió que el cortar el café de su vida alivió su ansiedad, redujo sus niveles de estrés y lo ayudó en su digestión: “voy al baño y hago como rey”.
Para Tobias, el cambio más drástico ha sido la manera en que interactúa desde que dejó de tomar:
“Cuando un grupo de personas me invita a beber, mi respuesta más común es NO, porque no se me antoja convivir en ese ambiente como una persona sobria. Si es que voy de copas, no duro más de una hora, porque es lo más que puedo concentrar mi atención en un grupo de personas ebrias. Es genial ver como la vida de bebedor se esfuma poco a poco. Me hace darme cuenta de como muchas amistades en realidad se basan en tus hábitos”.
Tobias añadió que también ha visto cambios respecto a la cultura del café, diciendo: “Descubrí que ir por un café resulto ser más una actividad social, que el hecho de querer en verdad un café”.
Tobias no busca cambiar la mentalidad de otras personas, persuadiéndolos a que su estilo de vida es superior, pero su anécdota resulta bastante convincente.