Lo mejor de estas temporadas decembrinas es que muchos de nuestros familiares y amigos, a quienes no hemos visto en mucho tiempo, vuelven a casa para pasar la Nochebuena y Navidad con nosotros. Estar de nuevo reunidos es una experiencia única que de verdad nos hace felices.
Claro que todos nos emocionamos por dar y recibir obsequios; sin embargo, los regalos materiales para nada se comparan con experiencias como salir de viaje para visitar a los abuelos o recibir en casa a toda la familia para cenar. De esto no nos queda ninguna duda, pero además tenemos pruebas científicas que nos respaldan.
El investigador de posdoctorado Amit Kumar, de la Escuela de Negocios en la Universidad de Chicago Booth, hizo una serie de experimentos para saber qué tipo de obsequios provocan más gratitud en las personas. De un lado estaban regalos como ropa, muebles y dispositivos electrónicos, etcétera, y del otro estaban experiencias como salir de vacaciones, visitar a la familia o asistir a conciertos.
Para esta investigación se analizaron las reseñas de 1,200 clientes en línea de tiendas y negocios, y midieron cuáles tenían más palabras relacionadas con la gratitud. El resultado del estudio mostró que las personas se sienten más agradecidas con las experiencias que con los regalos.
Entre tener cosas a pasar el tiempo con sus seres queridos, la gente prefiere estar con sus familiares y amigos. Los regalos están bien, pero las cosas materiales van y vienen; el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos nunca vuelve y por eso la gente prefiere aprovecharlo al máximo.
Una segunda parte del estudio también demostró que obsequiar experiencias no solo provoca más gratitud, sino que también promueve la generosidad. A un grupo de voluntarios le pidieron que recordaran cuál había sido el mejor regalo material que habían recibido en su vida, mientras que otro grupo debía recordar la mejor experiencia que les habían regalado.
Después de ese ejercicio de memoria, les preguntaron a los participantes si les gustaría ayudar económicamente a una persona que no conocían. Quienes recordaron su mejor experiencia fueron los que tuvieron una mayor cantidad de respuestas positivas para financiar a un desconocido, es decir, fueron más generosos.
El estudio concluyó que obsequiar experiencias a nuestros seres queridos no solo fortalece los vínculos de gratitud entre personas, sino que también nos provoca un impulso de ayudar a otros aunque no los conozcamos.
Las experiencias con nuestra familia y amistades son mucho más valiosas que los regalos, y a cualquiera que le pregunten cuál sería su mejor regalo para esta Navidad sabemos la respuesta.
En estas fechas todos nos ponemos a pensar en el mejor regalo que podemos darle a nuestros seres queridos. Lo increíble es que el mayor obsequio que podemos dar y también recibir es la compañía de nuestra familia y amistades.
Las personas y las experiencias que vivimos con ellas es lo que de verdad nos hace felices. Así que aprovechemos estas fiestas navideñas para abrazar a nuestros seres queridos, convivir y crear los mejores recuerdos.