Aunque no existe algo como una fórmula mágica para convertirte en un próspero millonario, si observamos a los célebres magnates y empresarios de los últimos tiempos, parece que la clave está en los pequeños actos cotidianos que terminan por convertirse en nuestros hábitos.
Una cosas es que te vuelvas inmensamente rico de la noche a la mañana porque te ganaste el premio mayor de la lotería o porque un pariente lejano sin más familia que tú te heredó sus millones, pero eso es muy diferente a transformarte en un hombre exitoso y acaudalado a base de esfuerzo.
Todos queremos ser ricos, pero son pocos los que comprenden que para esto se necesita disciplina y seguir rutinas de éxito. Ahora les compartimos los seis hábitos de los millonarios que los llevaron a la cima de la cadena financiera.
1. Leer y leer
Francamente pasamos muchas horas de nuestro día en cosas menos importantes que nuestro crecimiento personal. El fundador de Microsoft, Bill Gates, es un lector voraz que lee al menos unos 50 libros sobre temas muy variados por año. Muchos decimos que no leemos por falta de tiempo, pero ¿cuánto gastamos viendo series y películas?
Gates además procura recordar las cosas más importantes de lo que lee, así que no solo pasa los ojos por las páginas, sino que hace notas, investiga en otros libros sobre temas que no comprendió por completo, asimismo, se pone como meta leer al menos una hora al día. El mundo financiero se basa en información y el hábito de la lectura nos dará un gran dominio de todo lo que necesitamos saber.
2. Buscar más opciones
En ocasiones nos deprimimos porque nuestros planes no salieron como esperábamos, pero como dicen: cuando se cierra una puerta se abre una ventana; así que lo malo no es que nos digan “no”, sino que limitamos nuestras opciones.
A Steve Jobs le cerraron muchas puertas a lo largo de su vida e incluso lo despidieron de Apple; sin embargo, él no se dejó abatir por estos reveses y continuó trabajando en otros lugares hasta que Apple reconoció que era un genio y lo recontrataron.
3. Somos un equipo
El hombre que piense que “las puede todas” y que no necesita de nadie nunca logrará ser un millonario, pues los empresarios exitosos entienden que los negocios necesitan de trabajo en equipo.
Tanto Steve Jobs como Reed Hastings, director ejecutivo de Netflix, desarrollaron sus ideas tomando en cuenta a otras personas necesarias para realizar sus proyectos. Reed menciona que en su compañía es requisito tener una mentalidad de trabajar en grupo para lograr un objetivo a la vez.
4. Invertir y arriesgarse
Cuando Facebook iniciaba Peter Thiel hizo una inversión de 500,000 dólares para adquirir el 10 % de la compañía. Fue un movimiento arriesgado, pero con el paso del tiempo rindió frutos y ahora él se mantiene como uno de los directores de la red social.
El punto aquí es que debemos invertir para ganar y, aunque tengamos algunas pérdidas en el camino, los errores nos servirán para entrenar nuestro ojo. Poco a poco aprenderemos a ver empresas con potencial e invertir en bienes raíces es una buena recomendación para comenzar.
5. Mantener la sana competencia
Nada como tener un rival para motivarte a mejorar, sin caer en el extremo de querer “acabar” con toda la competencia. Es importante tener en cuenta a quienes buscan el éxito por el mismo camino que nosotros y observarlos para aprender tanto de sus triunfos como de sus fracasos.
La sana competencia que hubo entre Bill Gates y Steve Jobs fue lo que produjo grandes avances en la tecnología que ahora disfrutamos; en realidad no existía una enemistad entre ellos, sino un respeto entre colegas rivales.
6. Más trabajo, menos apariencia
Los grandes empresarios están muy ocupados en tomar decisiones importantes para su compañía y pensando la manera de innovar en el mundo, así que no pierden tiempo pensando cómo se van a vestir o qué ropa está de moda.
Millonarios como Steve Jobs, Steve Wozniak, Bill Gates o Mark Zuckerberg no son esclavos de la moda, para ellos basta una playera o camisa sencilla, pantalones de mezclilla, un suéter de tortuga y zapatos cómodos para hacer sus actividades. Hay quienes se preocupan de su imagen, por ejemplo, grandes deportistas como Christiano Ronaldo, pero solo hasta que alcanzaron el éxito.
Es cierto que debes vestir para el trabajo que quieres, no para el que tienes; pero debes recordar que es más importante el trabajo y talento que la imagen, al menos hasta que tu negocio cotice en la bolsa de valores y tengas una cuenta en el banco como número telefónico.