Si vas a aprender cualquier cosa necesitas dos tipos de conocimiento: conocimiento sobre el tema (matemáticas, historia o programación), y conocimiento sobre cómo funciona el conocimiento; la mala noticia es que el sistema educativo se salta uno de estos continuamente.
Esto es un problema, porque tu capacidad para aprender es una de las cosas que te ayudará a tener éxito en la vida, desde el éxito académico hasta salir adelante en el trabajo, y para tener éxito a largo plazo, tienes que dominar cada habilidad que aprendes.
“Padres y educadores son muy buenos para impartir el primer conocimiento, estamos cómodos hablando de información concreta como los nombres, fechas, los números, los hechos duros”.
– Annie Murphy Paul, psicóloga.
Investigaciones recientes revelan que los estudiantes con malas notas tienen “déficit sustancial” para entender. Paul, sugiere que les va mal porque no saben mucho sobre el funcionamiento del aprendizaje.
Henry L. Roediger III y Mark A. McDaniel, psicólogos en la Washington University, en San Luis y coautores de “Make It Stick: The Science Of Successful Learning” (la ciencia del aprendizaje exitoso), dicen que “el cómo estudiar y el cómo enseñar es una mezcla de teoría, intuición y sabiduría”. Estas son algunas estrategias:
1. Esfuérzate por recordar
La parte menos divertida del aprendizaje efectivo es difícil. De hecho, los autores del libro coinciden en que cuando el aprendizaje es difícil, es mejor; de la misma manera que levantar pesas al límite de tu capacidad te hará más fuerte con el tiempo.
Esfuérzate por recordar un hecho. Los psicólogos lo llaman “efecto de prueba”: cuando sigues tratando de recordar alguna pieza de información, interrumpes el proceso de olvidar y ayudas a cimentar la información en tu cerebro.
Una estrategia muy buena es espaciar tus intentos de recordar información, en lugar de hacerlo muchas veces en pocos minutos. De esa manera, te permites olvidar algunas cosas en esos periodos de tiempo para volver a recordar. Si te toma más esfuerzo el recordar, tu memoria se fortalece.
Una investigación muestra que sólo el 11% de los estudiantes universitarios practican el recordar información cuando estudian.
2. No seas condescendiente contigo mismo
En un estudio, estudiantes que vieron palabras en pares como “pie-zapato” tuvieron mayores dificultades para recordar la segunda palabra, que los que sólo vieron el par “pie-z—-o”. Investigadores conocen este fenómeno como “efecto generación”.
Otras investigaciones sugieren que cuando te examinas a ti mismo, deberías mezclar el tipo de problema que resuelves, una estrategia conocida como “entretejido”. Un estudio encontró que los estudiantes que trabajaron en problemas de matemáticas en un formato mezclado al azar, donde cada serie incluía problemas de una variedad de lecciones, recordaron más en su prueba final que los estudiantes que habían trabajado en un formato más lineal.
De esa manera, las condiciones de prueba son más similares a la vida real, donde primero tienes que imaginarte qué tipo de problemas tienes en las manos, y luego resolverlo. Los autores notaron que el “entretejido” se puede sentir poco eficiente, por lo que se usa poco en las escuelas; sin embargo, eso lleva a una mayor retención a largo plazo.
3. No caigas en la fluidez
Cuando estás leyendo algo que se siente muy sencillo, estás experimentando fluidez; sin embargo, eso no es tan bueno como parece. Por ejemplo, digamos que estás en un aeropuerto y tratas de recordar en qué puerta debe salir tu vuelo. Ves los monitores y te dice que es la B44. Piensas que es sencillo. Entonces te vas, revisas tu teléfono, y al instante olvidas a dónde tienes que ir.
La alternativa: lee el número. Aléjate y pregúntate de nuevo cuál era la puerta. Si puedes recordarlo, puedes seguir tu camino.
4. Conecta lo nuevo con lo viejo
“Entre más puedas explicar sobre cómo el conocimiento nuevo se relaciona con el previo, más fuerte será tu aprendizaje de lo nuevo, y más conexiones creas que te ayudan a recordar luego”, escriben los autores de “Make It Stick”.
Una técnica muy buena es traer ejemplos de la vida real para principios que acabas de descubrir. Si aprendiste a hacer rap, puedes rapear algunas cosas que ya conoce; si descubres la transferencia de calor, puedes pensar en cómo una taza de café dispersa el calor en tus manos en un día de invierno.
5. Reflexiona, reflexiona, reflexiona
Ver en retrospectiva ayuda. En un estudio de la escuela de negocios de Harvard, los empleados que tuvieron oportunidad de reflexionar fueron más eficientes que el grupo de control, esto al pasar 15 minutos reflexionando al final de la jornada laboral.
“Cuando la gente tiene la oportunidad de reflexionar, experimentan una eficacia mayor, se sienten más confiados en alcanzar metas”, dice la profesora Francesca Gino. Aunque parece que reflexionar pudiera hacer menos eficientes a las personas, en realidad sucede lo opuesto.